Lleva toda su vida en la localidad allerana de Caborana. Un pueblo que ha sufrido una gran decadencia en los últimos lustros, al mismo nivel que los mineros iban dejando el pozo Santiago. Desde hace unos días, Óscar Rodríguez Pombo es el presidente de la Junta de Iniciativas de Caborana, una asociación que vela por mantener viva la actividad en la localidad, y que es el enlace con el Ayuntamiento de Aller para reclamar todo aquello que se necesite en el pueblo. Su objetivo, hacer todo lo posible por frenar el despoblamiento que sufre la zona rural, y que afecta directamente a localidades como Caborana.

- ¿Cómo surge su llegada a la directiva?

-Lo que sucedió es que a finales del año pasado, la directiva anterior hizo una reunión antes de Navidad y decidieron que no iban a seguir. Dieron un plazo de 15 días por si alguien quería coger la Junta de Iniciativas que, por otra parte, es la que se encarga de alumbrado navideño y la cabalgata. Pregunté por la tarde, y me dijeron que no se iba a poner nada por las fiestas ni se haría nada. Entonces fue cuando busqué ayuda en gente del pueblo, que se volcaron conmigo para poder hacer eso. Y mientras poníamos el alumbrado y demás, me dijeron que si yo cogía la directiva. Solo puse una condición, que me acompañaran en la asociación, y obtuve una gran respuesta. Y entonces decidimos presentarnos y coger la asociación. La verdad es que llevo toda la vida viviendo en Caborana y me parecía una pena perder una asociación como la que tenemos. Llegamos con mucha ilusión, y a ver que podemos hacer.

- ¿Qué objetivos se marcan?

-Solo hay una meta clarísima, que es mirar por el pueblo. Caborana está un tanto decaída, y queremos tener mejores servicios y mejores condiciones. En los últimos tiempos parece que se ha ido dejando morir el pueblo, y no queremos que sea así. La labor de la Junta de Iniciativas es la de trasladar al Ayuntamiento todo aquello que necesite el pueblo, para que las administraciones nos tengan en cuenta. Hay pequeñas cosas que se pueden hacer, y en un sitio donde hace mucho tiempo que no se hizo nada, pues se nota. Tenemos un local bastante grande donde se realizan actividades, y queremos mantener todo esto para los vecinos.

- ¿Qué necesita la localidad?

-Necesitamos muchas cosas, la verdad. Lo primero una buena limpieza, que tengo que decir que el Ayuntamiento de Aller está ya en ello. También un lavado de cara en los edificios, que muchos están en ruinas o cayendo. Queremos un pueblo que cuando pases se vea que respira vida, y ahora lo que se ve es una decadencia manifiesta. El despoblamiento está castigando mucho a estos pueblos como es el caso de Caborana. En Caborana yo llegué a conocer más de una veintena de bares, y ahora apenas quedan tres, por poner un ejemplo.

- La paulatina desaparición de la minería, con el cierre en 2018 del pozo Santiago, supongo que les haya afectado mucho.

-Es una realidad. El cierre del pozo Santiago fue muy malo. Caborana es el pueblo que está más cerca del pozo, y siempre se veía más vida. Hace años, mi suegra regentaba el bar de la bolera, y recuerdo que cuando entrabas aquello era impresionante, con muchísima gente sin parar. Ahora eso no existe. Yo trabajé en el Santiago y llegamos a ser más de 2.000 mineros trabajando. Y perder ese volumen de gente, aunque haya sido paulatinamente, se ha notado muchísimo. El cierre de esta mina fue lo peor que nos pudo pasar. Igual que pienso que la desaparición de la minería ha sido una lacra para todas las Cuencas.

- También hubo un proyecto fallido con fondos mineros para poner en marcha un gran complejo deportivo. ¿Van a reclamar su ejecución?

-Es algo que quedó a medias. Para Caborana, esa zona deportiva es muy importante, y tener instalaciones como la piscina cubierta parecía un sueño, porque iba a traer bastante gente. Al final no pudo ser, pero creemos que esos fondos los podrían destinar ahora para otras cosas. Lo que sí que hay que hacer es poner en marcha lo que tenemos, como el bar municipal de la piscina, que se va a intentar sacar a concurso.

- ¿Cómo ve el futuro de Caborana?

-Lo veo muy negro, para que le voy a engañar. Aquí, cuando la gente vino a trabajar a la mina, fuimos miles de vecinos. Ahora apenas quedamos unos mil. Se habla mucho de la España despoblada, y esto es un ejemplo caro de como nos van despoblando. Pero nuestra idea, la de la Junta de Iniciativas, es trabajar para mantener el pueblo a flote, y que la gente que quedemos aquí, se quiera seguir quedando porque haya buenos servicios y actividades que aporten calidad de vida. La juventud se está yendo fuera por falta de oportunidades, y si no hay trabajo, al final esto se quedará vacío. La actividad diaria hoy en día la hacemos los prejubilados o los jubilados.

- Irán a echar la partida.

-Fíjate, para que veas hasta donde hemos llegado, que ya no existe ni la partida. Antes la gente siempre iba después de comer de tertulia, a jugar a las cartas, a tomar un café. Hasta eso hoy se ha perdido por la falta de gente en los pueblos.