El más conflictivo de la pareja de delincuentes que han sido apodados en Mieres como "los jamoneros" quedó ayer en libertad tras prestar declaración en el Juzgado por su último altercado, que acabó con un vecino del barrio de San Pedro hospitalizado con el húmero roto y contusiones por todo el cuerpo. D. L. F. consiguió una vez más esquivar la cárcel pese a la creciente irritación que se ha extendido por la ciudad.

En San Pedro piden "amparo" al Ayuntamiento y aseguran que "el jamonero", que ayer pasó por el Juzgado y quedó libre, ha sembrado el "pánico" en el barrio. Su último desmán se produjo hace unos días. Un vecino del entorno del campo de fútbol Hermanos Antuña que vive en un portal contiguo a la residencia de parte de la familia del problemático delincuente estaba paseando a su perro cuando se tropezó de frente con "el jamonero". No se conocían y nunca habían conversado con anterioridad. D. L. F. simplemente se limitó a preguntarle "¿qué miraba?" y, a continuación, siempre según el testimonio de vecinos de la víctima, le propinó una brutal paliza. El agredido, que en ningún momento se enfrentó ni verbal ni físicamente a su atacante, sufrió importante lesiones. Fuentes próximas a la familia explicaron que tiene roto el húmero de un brazo y que estuvo ingresado en el hospital de Santullano cuatro días. "Le destrozó la cara a golpes y no paró hasta dejarlo casi inconsciente". Además de los graves daños físicos esta persona se encuentra "tremendamente afectada emocionalmente" por lo sucedido.

En el barrio de San Pedro se ha propagado el mismo hastío que antes afectó a la zona sur del casco urbano. El traslado de "los jamoneros" al norte de la ciudad, tras ser casi empujados a dejar su anterior residencia en el entorno el parque de La Libertad, simplemente ha provocado que el problema cambie de ubicación. Un total de 18 bares y comercios de San Pedro han trasladado un escrito al Ayuntamiento de Mieres pidiendo directamente que esta familia sea "desterrada" del concejo. La reclamación cuenta con el respaldo de la asociación de vecinos. El gobierno local, muy sensibilizado con el problema, ha dado también su apoyo a la comunidad y ha trasladado copias del texto al Juzgado y a la Comisaría.

La postura de los vecinos queda reflejada en el escrito que obra en manos del Ayuntamiento y del Juzgado: "Estamos hartos de tener que soportar la presencia de D. L. F. alias el jamonero", apuntan los comerciantes a través de la propia asociación de vecinos. "Se trata de una persona inadaptada a vivir en sociedad", recalca la comunidad antes de entrar a explicar el comportamiento habitual de este individuo.

Amenazas y temor

"Entra en los locales aún cuando previamente ha sido echado en varias ocasiones por alteraciones del orden público debido a amenazas a los dependientes y clientes. Va causando el pánico a toda persona que se encuentra trabajando o en el interior del local en el que se haya metido". La junta vecinal exige medidas para que la tranquilidad regrese al barrio: "Solicitamos amparo al Ayuntamiento y en caso de no tener competencias pedimos que se dirija a l autoridad pertinente para que expulse a este individuo del municipio mediante el destierro".

Con todo, el "jamonero" fue puesto ayer de nuevo en libertad tras visitar los Juzgados de Mieres, institución por la que lleva desfilando desde hace meses. En este sentido, los vecinos han venido destacando la implicación policial, ya que pese a que en muchos casos no se han producido denuncias por "miedo a represalias", la Comisaría ha estado siempre activa a la hora de intentar atajar el repetido comportamiento incorregible del detenido y de al menos otro familiar cercano.

"La verdad es que no sabemos que barbaridad tendrá que hacer esta persona para que se decrete su ingreso en prisión y nos deje finalmente vivir en paz", apuntó ayer una de sus víctimas. "Si romperle el brazo a un hombre no es suficiente con estos antecedentes, entonces habrá que preguntarse dónde está el límite".

D. L. F. estuvo ayer acompañado en el Juzgado por buena parte de su familia. Ha sido detenido en varias ocasiones desde finales de 2018, la mayoría de las veces junto a un familiar. Se hicieron muy conocidos en el tejido hostelero de Mieres por marcharse sin pagar intimidando a camareros y clientes. En marzo del año pasado fueron acusados de amenazas, coacción, daños y dos intentos de robo con intimidación. El movimiento vecinal ha dado en todo momento su respaldo a comerciantes y hosteleros.