La parroquia de Cuérigo se quedó ayer pequeña para celebrar un homenaje al sacerdote Juan Alonso, asesinado en Guatemala, y que próximamente será declarado mártir por el Papa Francisco. El párroco y misionero allerano forma parte de los mártires de El Quiché, donde fue ajusticiado junto a otros dos sacerdotes y otros ocho seglares.

Cuando está a punto de cumplirse 39 años de aquel fatídico 15 de febrero de 1981, y con el reciente anuncio del Santo Padre, muchos vecinos y amigos quisieron acercarse a Cuérigo para homenajear a Alonso y sus compañeros. "Fue un día emocionante, porque vinieron más de 20 curas a celebrar la misa, además de muchos compañeros de mi hermano en las misiones en Guatelama o Indonesia, y también seglares que formaron parte de los grupos de trabajo en los que Juan participaba", aseguraba ayer Arcadio Alonso, hermano del malogrado sacerdote y misionero de Cuérigo.

La misa fue oficiada por el padre José Ramón Díez, que fue compañero y amigo cercano de Juan Alonso en Valladolid. Además de destacar la figura del párroco allerano, también una referencia especial a que el homenaje celebrado ayer en Cuérigo era para todos los Mártires de El Quiché. La misa la concelebraron compañeros del misionero allerano en Guatelama. "Estuvo hasta el padre Dimelec, que a sus 89 años vino para homenajear a los mártires", aseguró Arcadio Alonso.

Juan Alonso tuvo una vida ligada a la solidaria y las misiones. Después de dos años en Indonesia, se fue a Guatemala, donde trabajó en la mejora de la comunidad, concretamente en la parroquia de El Quiché. Una semana antes de morir, religioso escribió una carta a su hermano, Arcadio. Le decía que su vida corría peligro.

Aquellas sospechas, lamentablemente, se convirtieron en realidad un 15 de febrero de 1981. Fue asaltado cuando se desplazaba en moto entre dos pueblos: Uspantán y Cunén. Allí le descerrajaron un tiro en la pierna. Luego le torturaron. Finalmente, acabaron con su vida con dos tiros en la cabeza. Sus asesinos lo enterraron y sus amigos tardaron dos días en encontrar sus restos mortales. Ahora, el papa Francisco ha anunciado su beatificación. En Cuérigo ya lo han celebrado.