Treinta y cinco años ha pasado desde que se puso en marcha el proyecto de la línea de alta tensión Lada-Velilla, y que supuso la instalación de 80 torres de alta tensión en los aproximadamente 65 kilómetros que van desde la central térmica langreana hasta el puerto de Tarna. Tras prohibir los tribunales a finales de los 80 el paso de la línea por los espacios protegidos de León, las torres siguen en pie en los concejos de las Cuencas y especialmente en el parque natural de Redes, declarado Reserva de la Biosfera. Pese a las declaraciones institucionales que abogaron por impulsar la retirada de estas torretas en Redes, de momento no se ha movido ni un hierro.
"No solo es que haya que no pinten nada y estropeen el entorno. Es que además, en estos 35 años, no se ha realizado ninguna revisión, y pueden ser un peligro". Así lo afirma el diputado autonómico de IU Ovidio Zapico, que hace un lustro promovió el último gran intento para instar a Red Eléctrica Española (REE), la propietaria, a que desmantelase el tendido. Zapico recordó como en febrero de 2018 una de estas torres de alta tensión se partió a la mitad en la zona del Pico Peruyera, en Llorío (Laviana), a las puertas del parque natural y en pleno paisaje protegido de las Cuencas. "Ocurrió ahí, pero podría ser cualquier otra torre, en una zona más transitada", añadió el diputado, para quien "la permanencia de estas estructuras no tiene ningún sentido, ni ningún futuro", porque la propia línea que iba a sustituirla, la Sama-Velilla "ya no tiene razón de ser".
La térmica de Lada va a cerrarse, la generación de energía está cambiando hacia un modelo "verde" y el propio consumo eléctrico en la región están cayendo. "Ahora lo que habría que hacer es una revisión del tendido", apuntó Zapico, para a continuación "poder desmantelarlo". El 31 de diciembre de 1996 se publicó la ley que conformó el parque natural de Redes (Caso y Sobrescobio). "Qué menos que para celebrar en breve su 25 aniversario uno de los regalos de cumpleaños pudiese ser la retirada de estas torres", concluyó el diputado.
2.000 millones de pesetas
La instalación de las torres de alta tensión tuvo un coste de 2.000 millones de pesetas: aplicando los incrementos del IPC de estos 35 años, aquellas pesetas serían en la actualidad casi 40 millones de euros. Los tribunales, incluyendo el europeo, prohibieron el paso por León de la línea -teniendo menos protección que Asturias, donde la administración autonómica veía prioritario el tendido-, y abrieron un periodo de incertidumbre en el Principado, con constantes polémicas sobre el nuevo trazado. Ahora sigue en el aire, porque si bien la térmica va a cerrar, es posible que haya que importar energía de otras comunidades. El culebrón sigue.
