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La vida cotidiana, en un gran carcajada

Enrique San Francisco y Miki D'Kai confirman en Mieres su impronta - cómica, riéndose de todo y con todos

Un momento de la actuación de Enrique San Francisco y Miguel Llamas.

Enrique San Francisco y Miguel Llamas, más conocido en el sector de la comedia como Miki D'Kai, salieron ayer a hombros de Mieres. En un Mieres Centru Cultural abarrotado, en el que no quedaba ni una sola butaca libre e incluso se colocaron sillas en el pasillo, los dos cómicos ofrecieron un espectáculo en el que el público respondió a carcajada limpia. Un show de algo más de hora y cuarto de duración en el que hubo un humor negro y en el que, como venían anunciando, se ridiculizan numerosas situaciones de la vida cotidiana. Un hecho que suele resultar todo un éxito en este tipo de actuaciones.

Sobre el escenario, San Francisco y D'Kai apenas coincidieron en dos actos, ofreciendo cada uno de ellos dos largos monólogos en otros cuatro actos. El público mierense no cesó de reír y aplaudir en incontables ocasiones.

Hubo para todos. Para los hombres, para las mujeres, para los padres, para los políticos. Como no, para la cocina moderna. También le atizaron a los gimnasios, a los nudistas... Incluso a sí mismos. Vamos que no dejaron títere con cabeza. Cada uno en su estilo. San Francisco cómo mucha más retranca y D'Kai con su deje andaluz y una exagerada pero conveniente expresividad. Ambos se metieron al público en el bolsillo.

Hubo lugar para la improvisación. Para excluir a los mierenses de cada broma: "En Mieres no se ha dado el caso... pero...", era la coletilla de D'Kai. Y también para evidenciar alguno de los problemas de la villa: "A ver si alguien tiene cojones de aparcar cerca del teatro", aseveraron para desatar la carcajada general ante la evidencia. Y tras el show, la cálida ovación. Y como cerró San Francisco, "el último, que apague la luz".

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