La Montera de Sama rindió homenaje a la desaparecida Sociedad Filarmónica de Langreo con una conferencia a cargo de Julio José Rodríguez. Autor del libro "La Montera, espejo de un siglo", destacó que los miembros de la entidad musical "asumieron la tarea de propiciar unas inquietudes que pudieran romper la tela de araña que había tejido, un guerra tan incivil como la que asoló a España".

El homenaje contó con los músicos Antón Díez y Nicolás Marqués, que abrieron el acto. Y se clausuró de nuevo con música, la del cuarteto de guitarras del Conservatorio del Nalón. Además, Purita de la Riva, que acudió al evento, interpretó una pieza como ya había hecho hace 75 años cuando estrenó el piano de La Montera. Asimismo, el presidente de esta entidad de Sama, Norberto Cuesta, entregó un obsequio a los antiguos directivos de la sociedad que estuvieron presentes.

Julio José Rodríguez fue atrás en el tiempo para llegar al final de la primera Guerra Mundial, cuando "el movimiento ateneísta en Asturias crece y se robustece". Aludió a la inauguración del Ateneo Popular de Langreo en 1924, "aunque su actividad cultural va a quedar tocada tras la revolución de octubre de 1934; dos años después, la guerra supuso su liquidación absoluta, ese fue el cobro de los vencedores". Destacó el experto que el Ateneo Popular fue, "durante doce fecundos años, una sociedad abierta al saber y al conocimiento, siendo el pulmón cultural de La Montera".

Pasada la Guerra Civil, la nueva coyuntura postbélica recurre también a la cultura, y en los años cuarenta comienza a alentarse la organización de las sociedad filarmónicas; Langreo no quiso quedarse al margen y un grupo de socios de La Montera -algunos de los cuales había sido conocedor del trabajo del Ateneo- aplicó recetas parecidas en la Filarmónica". De este modo, "la Sociedad Filarmónica de Langreo, como antes el Ateneo Popular, se situaron en la primera línea cultural española del momento".

Resaltó Julio José Rodríguez que "ambas formaron parte de La Montera, aunque como entes independientes; pero a nadie puede escapársele la realidad de los hechos, una y otra sociedad nacieron en el seno de La Montera y en las dos sus fundadores eran, en su mayoría, socios de la misma, intentar desgajarlas sería abrir una herida gratuita e innecesaria, por más que la asociación musical abandonase su sede en los años setenta".

Aludió a Marino Díaz como "persona representativa de la etapa histórica de la Filarmónica". También a Rafael Bernardo Sánchez y Juan José López Cerrato. De estos últimos aseguró que "ni ellos, ni la estela de su recto proceder, ni su obra, están olvidadas". Asimismo, dio cuenta de la "nómina de personalidades del mundo musical que trajo la Filarmónica de Langreo", como la citada Purita de la Riva o Ataulfo Argenta, quien el 31 de diciembre de 1949 "se presentó en Sama y dirigió en el Teatro de la Victoria, a la Orquesta Nacional de Música de Cámara de Madrid". Tampoco se olvidó de Joaquín Rodrigo, que junto a la soprano Carmen Pérez Durias también actuaron en Sama.