"Tenemos que concienciar a la sociedad sobre el glaucoma, es una enfermedad silenciosa y casi la mitad de los pacientes no saben que lo tienen, no hasta que han desarrollado la enfermedad y empieza a ser irreversible". Así de claro se muestra el lenense Héctor González Iglesias, investigador principal de la Fundación de Investigación oftalmológica (FIO) Fernández-Vega, que el día 10 participará en Madrid en un encuentro enmarcado en la Semana Mundial del Glaucoma organizado por la ONCE, el Instituto Oftalmológico Fernández-Vega, la Asociación de Pacientes de Glaucoma y la Asociación de Periodistas Sanitarios y Profesionales de la Comunicación en Salud de España (ANIS). Allí, el lenense dará a conocer los avances de la FIO sobre diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad.

González Iglesias no estará solo, le acompañara el doctor Pedro Pablo Rodríguez Calvo, quien tratará la parte más clínica. En el caso del investigador lenense "hablaré desde el punto de vista de la investigación básica, lo que hacemos en la FIO, y después, en una mesa redonda trataremos las nuevas tendencias para afrontar esta enfermedad".

Uno de los principales pilares de la investigación es la búsqueda de herramientas que ayuden a hacer un diagnóstico precoz. "Hemos hecho un estudio de nueve años con un panel de biomarcadores de glaucoma en el que identificamos los dos tipos más comunes en el Principado", destacó. En este sentido, explicó que "hemos usado modelos animales de glaucoma y con nuestros paneles predice que el 80% de ellos van a desarrollar la enfermedad, aunque todavía es pronto para sacar conclusiones en humanos". Otra línea de investigación está relacionada con el diagnóstico con estudios genéticos, la predisposición para desarrollar glaucoma. "Estudiamos diferentes genes, el más conocido es el LOX1, que puede dar prevalencia en el desarrollo de la enfermedad", apunta. Al respecto, González Iglesias señaló que "hay un estudio en el que participan más de 35 países con este gen en el que se ha visto que, si presenta una cierta mutación genética, protege hasta veinticinco veces más contra la enfermedad, pero esta mutación no se ha visto en Asturias, sino en China".

La investigación también se lleva a cabo sobre los nuevos tratamientos, como la neuroprotección utilizando algún suplemento nutricional, como puede ser la coenzima Q10. Aludió González Iglesias también a la tesis presentada hace unas semanas por Andrés Fernández-Vega relacionada con el efecto de la luz sobre las células que hay en la retina. "La luz puede producir un efecto negativo, hay modelos de lentes que se implantan que filtran la luz ultravioleta, con lo que también se podría hacer para filtrar la luz azul y ralentizar la muerte de las células; también está en desarrollo un sistema que transforma la luz azul en roja para evitar que se mueran las células, a largo plazo, se podrían diseñar gafas o lentes intraoculares con estos filtros".