La familia minera de Mieres está de luto. Enrique Embil Martínez, doctor ingeniero de Minas, catedrático jubilado de la Escuela de Ingeniería Técnica de Minas, fallecía ayer en su domicilio de Mieres, a los 90 años de edad. Embil era muy conocido en la comarca del Caudal por su profesión, vinculada estrechamente a la actividad carbonera. Llegó a ser incluso entre los años 1960 y 1972 el director técnico de la Brigada de Salvamento Minero del Caudal, que tenía su sede en el pozo Barredo. Una institución que funcionó entre 1944 y 1972, cuando se integró en la Brigada Central de Salvamento Minero.

Casado desde hacía casi sesenta años con su esposa Ana López Carreño, Embil tenía seis hijos -uno de ellos, Enrique, ya fallecido- y seis nietos. Gonzalo Peón, director de LA NUEVA ESPAÑA, es uno de sus yernos. La capilla ardiente en su honor se encuentra ubicada en la sala 2 del tanatorio de Mieres. Hoy viernes, a las cinco de la tarde, tendrá lugar el funeral en la iglesia parroquial de San Juan Bautista de Mieres. Acto seguido, recibirá sepultura en el cementerio de la misma parroquia.

Enrique Embil Martínez era una persona muy querida en Mieres. Hijo del facultativo de la Sociedad Hullera Española Enrique Embil, terminó su carrera de ingeniero de Minas en 1958. En 1960 comenzó a ejercer como director técnico de la Brigada de Salvamento Minero del Caudal, cargo que ocupó hasta 1972, cuando se integró en la Brigada Central, una unificación que se llevó a cabo tras el nacimiento de la empresa pública Hunosa. La vida de Embil Martínez estuvo vinculada al carbón y a la docencia. Fue profesor de la Escuela de Minas de Mieres durante 38 años. Se retiró en el año 2000.

Defendió la creación del campus universitario de Barredo, pero ya desde sus inicios advertía de que era necesario invertir bien los fondos y estrechar los lazos con las empresas, para que de esta forma los alumnos tuviesen una formación sólida y buenas salidas laborales. Su hermano Francisco Embil también fue catedrático en la Escuela de Minas. Gran aficionado al ajedrez, hace tres días disputaba su última partida. Con motivo de su 90 cumpleaños, en noviembre, toda la familia se reunió para hacerle un merecido homenaje.

Como todo hombre vinculado al mundo del carbón, en su actividad profesional tuvo alegrías, pero también momentos difíciles. Sobre todo, en su etapa en la Brigada del Caudal, doce años intensos. Su trabajo consistía en planificar las operaciones de salvamento, supervisar los entrenamientos del personal y controlar los aparatos y procedimientos de rescate. Los accidentes, con casi 40.000 mineros en los pozos asturianos, eran habituales.

Hace unos meses, Embil recordaba algunos de los periodos más complicados al frente del cuerpo. Como cuando en 1967 una explosión de grisú mató a once mineros en el grupo Santo Tomás de Turón. Tan solo tres años después unas emanaciones de gas surgidas cuando se cambiaba una tubería mataron a cinco trabajadores en el pozo Santiago (Aller). Uno de ellos se llamaba Jesús García. Embil relataba cómo "me impactó mucho, porque Jesús era vecino mío. Yo nací en Bustiello y él vivía enfrente de mi casa. Me tocó entrar en la mina y me lo encontré muerto. Fue un golpe terrible".