"Entre la gente y el mercado salvaje, con esta izquierda perdida, sólo queda el feminismo", aseveró la abogada Nuria González en la presentación de su libro "Vientres de alquiler". El acto estuvo organizado por el Ayuntamiento de Mieres y contó con la colaboración del Club LA NUEVA ESPAÑA de las Cuencas, y que fue presentado por la concejala de Igualdad y Feminismo Nuria Ordóñez.

González, que fue candidata a la alcaldía de Barcelona por la formación Actúa, realiza un estudio sobre el fenómeno de los vientres de alquiler -también conocido como gestación subrogada- destapando el gran negocio que supone. "Investigué 'in situ' y no daba crédito de lo que fui encontrando, un negocio de 6.000 millones de euros", afirmó la letrada. Lo define como "un contrato en el que una persona adquiere los derechos sobre otra a cambio de un precio y en el que el producto final es un bebé determinado". Se trata de una actividad prohibida en España. "Por eso se hace en el extranjero, si bien hay un agujero legal por el que los niños acaban siendo inscritos en España a través de las oficinas consulares de países que admiten esta práctica", explicó González, que muestra su indignación ante la "permisividad" con este tipo de agencias.

González denuncia la vulneración de derechos fundamentales como a la integridad física y moral de las madres. "¿Dónde está el juramento hipocrático de esos médicos que convierten mujeres en incubadoras, considerándolas como un simple medio de producción?", preguntó la abogada. "Y los estados que consienten esto son cooperadores necesarios en delitos de lesa humanidad", acusó González, que remarca que "en el proceso de contratación de un vientre de alquiler el único filtro es el dinero, sin control alguno de la idoneidad de las personas, habiendo, además, un derecho de devolución del objeto -el bebé-, que normalmente acabará en un orfanato". "Sólo las madres están sometidas a controles que garanticen la calidad del producto", continuó la autora, que alerta de que la precariedad laboral en nuestro país, que afecta principalmente al empleo femenino, y las necesidades económicas conforman un escenario propicio para la proliferación de los vientres de alquiler.

"Esperamos que la Fiscal General del Estado cumpla su palabra", señaló la abogada, en referencia al compromiso de Dolores Delgado en la persecución de esa actividad que ya ha sido denunciada. "Hablamos de algo tan serio como cruzar la línea roja de poder comprar personas y que abre la puerta también la puerta al tráfico de órganos, por ejemplo", remarcó la autora.