Los perros mastines pastores tienen "prioridad absoluta" en el Instrumento de Gestión Integral (IGI) que ha planteado el Gobierno regional para el parque natural de las Ubiñas-La Mesa. Los responsables regionales, según el documento al que ha tenido acceso este diario, consideran que los perros son "una herramienta indispensable" para el control del lobo y el oso en el espacio protegido. Estas medidas se plantean en un marco de cierta polémica por la convivencia entre perros mastines y excursionistas. Según los vecinos, los visitantes "acarician y dan mimos" a los cachorros que se están criando para ser guardianes.

"Estamos hablando de una etapa muy difícil para la educación de los perros guardianes y, si se juntan con personas justo en ese momento, perderán su capacidad de ser perros pastores", explicó Auri Villar, representante vecinal del parque natural de las Ubiñas en la vertiente lenense. A sus declaraciones siguieron unos días de polémica contenida. Senderistas, montañeros y visitantes del parque afirmaron comprender la postura de ganaderos y vecinos pero también aseguraron que había perros "muy maleducados" y otros "que te siguen cuando haces una ruta".

Contradicciones que el antiguo PRUG (Plan de ordenación y gestión en espacios naturales protegidos) no hacía más que alimentar. El PRUG fue tumbado por una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA) hace más de tres años por denuncias vecinales. La parroquia rural de Páramo (Teverga) había denunciado varios puntos del documento, de los que el juzgado solo aceptó uno: la falta de una memoria económica. Desde entonces, el espacio está sin gestión sobre el papel.

Aquel antiguo PRUG que fue eliminado era "muy confuso" en lo relativo a los perros. Llegaba a prohibir la figura del perro pastor. "En algunos párrafos, daba a entender que todos los perros tendrían que estar atados en todo el espacio protegido. Terminaba, por completo, con la figura del perro pastor", añadió la representante vecinal del parque.

El nuevo documento, al que ha tenido acceso LA NUEVA ESPAÑA y que todavía no es público, establece una serie de limitaciones y potencia la figura de los perros guardianes. "Son una herramienta que ha funcionado siempre para el control de la fauna salvaje en los espacios protegidos y hay que protegerlos", afirmaron fuentes regionales. De momento el documento está en fase de negociación para su posterior aprobación. Es casi seguro que incluirá una norma inamovible: los perros del parque podrán estar sueltos, si son guardianes, y los de los visitantes tendrán que ir atados.

Nada nuevo bajo el sol. "Así ha sido siempre, más por costumbre que por ley", afirman los vecinos de la zona. En cuanto a la convivencia con la fauna salvaje, la polémica ya ha surgido en el entorno del parque natural. Una vecina de Lena lleva más de medio año esperando por el pago del daño de un oso pardo en su ganadería: "Si empezamos así, terminaremos con una polémica tan grande como la del lobo", afirmaron fuentes del sector productivo.