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La industria exportadora busca soslayar la crisis "con el menor coste laboral"

Starglass y Asla sufren la parálisis de los mercados, con caídas de los pedidos de hasta el 50%: "Nuestra solidaridad pasa por seguir activos"

La factoría de Asturiana de Laminados, en Villallana (Lena).

En el marco del fatigado tejido industrial de las Cuencas han prosperado proyectos empresariales que han sabido acompasarse a los dinámicos y exigentes ritmos de la globalización. Estas firmas están sobrellevando ahora la situación de casi parálisis de la economía mundial que ha frenado sus ritmos de producción. Con todo, empresas de proyección internacional como, por ejemplo, Asturiana de Laminados (Asla) y Starglass se ven con confianza y musculatura suficiente como para superar esta grave crisis.

Starglass produce lunetas para automóviles y actualmente cuenta con una plantilla de 95 trabajados. El 85 por ciento de la fabricación de la factoría de Sovilla se vende fuera del país. La crisis internacional producida por la expansión del coronavirus ha golpeado a la factoría mierense justo cuando acaba de activar un nuevo horno que ha conllevado una inversión de 2,4 millones. "Nuestra actual estrategia es luchar al máximo por mantener la actividad. Tenemos pedidos y estamos intentando adaptarnos al momento", explica Raúl Rodrigo, director general de Starglass.

De momento, Starglass no tiene en la agenda ajustes laborales. La empresa, sin dejar de ser realista, espera poder sortear la crisis con los menos costes posible para la plantilla: "En estos momentos es vital para el país mantener la actividad y ese es nuestro reto". La firma no puede garantizar por completo que no habrá regulaciones, pero está comprometida con asumir "el máximo esfuerzo para evitarlo". Se han reestructurado los turnos para aumentar la protección de los operarios y, a nivel administrativo, se intenta dar una cobertura con teletrabajo a niveles del 50 por ciento. En la empresa detectan el parón casi total de la económica francesa, pero perciben que en Alemania y el norte de Europa se mantiene actividad: "En estos momentos, por nuestra parte, la mejor muestra de solidaridad es mantener nuestra actividad. Indudablemente esta crisis sanitaria tienen una derivada económica gravísima, pero esperamos que sea un golpe pasajero", remarca Raúl Rodrigo.

Asturiana de Laminados se encuentra en el mismo escenario y el discurso es similar. "Francia e Italia han parado por completo y los pedidos nos han bajado un cincuenta por ciento", señala Macario Fernández. El presidente de Asla señaló ayer que la firma ha iniciado contactos con el comité de empresa para negociar un ERTE. Ahora bien, la compañía está convencida de que el empleo se mantendrá a medio y largo plazo: "Simplemente pretendemos adoptar medidas de acompañamiento para sortear esta situación. Nuestra producción tiene un coste de 3.000 euros la tonelada y no podemos atragantarnos y poner en riesgo el futuro de la actividad".

El potente entramado industrial que Asla ha tejido en Villallana (Lena) ha ido acompasado con un constante aumento de la producción. La empresa ya tiene capacidad para fabricar más de 30.000 toneladas al año de chapas y bobinas de zinc y aluminio, que casi en su totalidad son exportadas. La plantilla asciende a 145 trabajadores. Macario Fernández lanzó ayer un menaje de optimismo: "Estamos trabajando y no vamos a parar. Hasta de esta crisis surgirán nuevas oportunidades".

Las empresas están tenido que compaginar la gestión de la crisis tanto a nivel económico como humano. Starglass y Asturianos de Laminados están ya centradas en la gestión de su producción tras haber dedicado la semana pasada a desarrollar protocolos de protección para proteger a sus plantilla de coronavirus.

Starglass ha diseñado turnos que permiten a sus operarios trabajar con el suficiente distanciamiento. "Les tomamos a todos la temperatura al inicio de cada jornada y hemos acondicionado todas las zonas comunes para evitar contagios", explica Raúl Rodrigo. Se está facilitando el teletrabajo en labores administrativas, con especial trato para los empleados que presentan problemas sanitarios crónicos. "Teníamos una trabajadora embarazada y por precaución la tenemos en casa", destaca Rodrigo.

En Asturiana de Laminados las medidas protectoras se han cuidado al detalle. "Hemos suprimido, con carácter general, los viajes de nuestro personal y las visitas a nuestra fábrica. Se ha establecido un protocolo para los transportistas con los que trabajamos", destacan desde la empresa. A nivel interno, se ha "minimizado la coincidencia del número de personas en los vestuarios, reforzando la limpieza y facilitando guantes y geles". En Asla la supervisión del cumplimiento de las medidas preventivas la asume un comité de seguimiento.

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