Tratar de mantener una rutina, flexible eso sí, de tareas; realizar ejercicios prácticos que son corregidos a distancia por el profesor; mantener la comunicación en la medida de los posible con los docentes; realizar actividades lúdicas en familia; y desarrollar tareas domésticas como hacer la cama y ordenar el armario que ayuden a que el menor adquiera responsabilidades. Son algunas de las claves para ayudar a los escolares y a sus padres para tratar de mitigar el impacto del confinamiento.
Así lo explica Juan Miguel Molinero, director del colegio Teodoro Cuesta de Mieres. "En nuestro centro hemos habilitado blogs de aula, aunque la mayoría de los tutores ya los tenían. El correo 365 de Educastur, la aplicación Tokapschool y otras como classdojo también nos están ayudando mucho". Los escolares realizan ejercicios de Lengua, Matemáticas e Inglés que envían a sus profesores para que los corrijan, así como investigaciones de Naturaleza y Sociales, entre otras materias.
"Los deberes siempre van a ser un tema controvertido. En nuestro colegio los tenemos gestionados de forma racional, pero, claro, en esta situación la cosa se complica. Seguramente habrá familias que les parecerá mucho, a otras poco. En nuestro caso y por lo que nos llega del AMPA, con el que estamos en contacto directo siempre, la mayoría de las familias ven las propuestas coherentes".
La mejor hora para hacer las tareas es el horario de mañana, después del desayuno. "No se trata de seguir el horario lectivo porque es imposible, pero sí es positivo que los chavales, siempre dependiendo del curso, dediquen un par de horas por las mañanas, que es cuando tienen las mente más fresca, a realizar esas tareas", indica Molinero, que añade: "Hemos compartido con las familias un horario para vivir este confinamiento lo mejor posible, con diversas actividades y tareas, no todas escolares. Algunas tienen que ver con las tareas del hogar, donde los niños tienen que tener también su parte de responsabilidad, y otras son actividades de juegos y movimiento en casa, como bailes, tablas de gimnasia o talleres de cocina".
Comunicación
También es importante mantener la comunicación en la medida de lo posible. "Yo mismo, como director, estoy todos los días en contacto con el profesorado para ver cómo llevan a cabo su tarea. Tenemos que darnos cuenta que es difícil gestionar esta situación; por un lado, no estamos de vacaciones y seguimos trabajando desde casa, y, por otro, no podemos pretender que el alumnado siga con el mismo ritmo que en la escuela, pero tampoco que no haga nada en sus casas".
"Las familias y los alumnos no tiene que agobiarse. Hemos de tener claros dos mensajes: uno que esto pasará y lo pasaremos entre todos y segundo, que debemos hacer de esta experiencia dura un aprendizaje", concluyó el director del Teodoro Cuesta.
