Sanitarios, bomberos, personal de Protección Civil y Cruz Roja, junto con agentes de la Policía Local alteraron la noche del martes el habitual recorrido que hacen por las calles de Mieres para alentar a quienes les agradecen su trabajo desde las ventanas. Lo hicieron para desplazarse hasta Rioturbio, donde durante unos minutos se vivió un encuentro entrañable, de los que desbordan la emoción.

Lucas Suárez Vega es un niño de 4 años con necesidades especiales. Habitualmente vive en Baíña, pero estos días de confinamiento los está pasando en casa de sus abuelos, en Rioturbio, ya que su madre es enfermera en el Hospital Universitario Central de Asturias y le han explicado que tiene mucho trabajo. El martes por la noche, antes de irse a dormir, su familia le dijo que se asomara a la ventana. Viven en un bajo de la calle principal de la localidad. El niño obedeció y al poco vio llegar una comitiva de vehículos con las sirenas encendías. Ambulancias del SAMU y de Cruz Roja, un camión de bomberos, motos y coches de la Policía Local y de Protección Cicil... El convoy se fue acercando hasta su ventana mientras decenas de vecinos aplaudían desde las alturas. El pequeño Lucas disfrutaba viéndolo todo, pero lo mejor estaba por llegar.

"Supimos de la situación de este niño a través de Cruz Roja y decidimos darle una sorpresa", explicaban ayer portavoces de la Policía Local. La comitiva se detuvo frente a la ventana en la que estaba el pequeño con su familia. Las medidas de distanciamiento impidieron a los agentes municipales dar un abrazo a Lucas, pero le entregaron una gorra y un póster del cuerpo.

La madre de Lucas Suárez quiso ayer agradecer el entrañable gesto "cargado de mucho cariño, emoción, regalos y vuestros aplausos". Por su parte, la Policía Local quiso trasladar a la ciudadanía de Mieres su agradecimiento por las muestras de apoyo que reciben cada día.