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La situación del patrimonio en Mieres

El Principado quiere salvar el hospitalillo de Bustiello ofreciéndolo al sector privado

El uso industrial facilitaría recuperar el edificio protegido, que se encuentra abandonado desde hace más de veinte años y en una situación precaria

Fachada del hospitalillo de Bustiello, en Mieres.

El Principado pretende ofertar las instalaciones del hospitalillo de Bustiello a la empresa privada. Una opción que llevaba tiempo encima de la mesa como solución ante el estado de abandono que sufre este inmueble desde hace casi veinte años. El poblado minero de Bustiello tiene la catalogación de Bien de Interés Cultural (BIC), con lo que este edificio también goza de esta protección, con lo que podría ser un importante reclamo para las empresas.

Aunque el inmueble es de titularidad regional, el Ayuntamiento de Mieres también se ha mostrado abierto a esta opción, tal y como explicó el concejal de Cultura, Juan Ponte, quien mantuvo hace unas semanas una reunión con Pablo León, director de Cultura y Patrimonio del Principado, donde hablaron sobre este asunto, entre otros temas de interés para ambas partes. "Hemos estado mirando cómo darle un uso al hospitalillo, y una opción es diversificar, ver un uso privado y que pueda ser utilizado por una empresa, además no es lo mismo estar en cualquier edificio que en un BIC", destacó Ponte. En este sentido, "habrá que buscar canales de información para que lo tenga en cuenta la empresa privada, siendo así corresponsables de la conservación del patrimonio industrial".

El edificio del sanatorio data del año 1902. En su fachada principal cuenta con elementos modernistas. Forma parte del poblado minero, un conjunto construido entre 1890 y 1925 por la Sociedad Hullera Española (empresa minera del grupo industrial del Marqués de Comillas). Era un eje para la sociedad del poblado y fue incrementando su envergadura y sus servicios. La escuela de niñas se adosó al hospitalillo en 1921 y la farmacia en 1924. Es una pieza clave para comprender el "paternalismo industrial". A finales de los años 90, el inmueble fue reformado por el Principado a través de una escuela taller de Arqueología Industrial, aunque después quedó abandonado a su suerte. En este tiempo ha sido objeto de robos y actos vandálicos. Casi todas las habitaciones del inmueble tienen pintadas y están desvencijadas. Hace unos años, el Principado realizó una serie de intervenciones para evitar su desplome, ya que había riesgo debido a su estado de abandono.

No es la primera vez que se piensa en el mundo empresarial para sacar adelante inmuebles en desuso dentro de Mieres. Un caso similar es el del chalé de Figaredo, cuyo último uso fue ser sede del Centro de Cooperación y Desarrollo (CeCodet) de la Universidad de Oviedo, antes de que se trasladasen al edificio de investigación del campus de Mieres. En este caso, la titularidad corresponde al Ayuntamiento de Mieres y hubo contactos con empresas de restauración interesadas en hacerse con el inmueble. Sin embargo, todavía no ha podido salir adelante a la espera de que apruebe el nuevo plan de ordenación urbana de Mieres, que permitiría el uso del chalé como espacio hostelero.

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