Un ganadero de Morcín se encontró en la mañana del miércoles con una auténtica "masacre" en su finca: "Desde la portilla hasta la mitad del prau, había un regueru de ovejas muertas", afirmó ayer. El mayor ataque de lobos que se recuerda en la zona de Los Llanos: veintitrés ovejas y corderos muertos y otros dos desaparecidos. La Guardería del Principado ya ha dado parte de lo ocurrido y ha confirmado que se trata de un ataque de varios lobos. Desde la Asociación de Ganaderos Afectados por el Llobu (Agall) aseguran que "lo que está ocurriendo ahora es dantesco" y reclaman la dimisión del consejero de Desarrollo Rural, Agroganadería y Pesca, Alejandro Calvo.
La entidad Agall lleva ya semanas alertando de ataques "constantes" de cánidos salvajes. "Salen a comer cada dos días y están dejando verdaderas matanzas", afirman. Esto puede ser consecuencia de la cuarentena por el covid-19, pero sobre todo -matiza el presidente de Agall, Chus García- de una "nula gestión del Principado".
"Lo que ha ocurrido en Morcín es un ataque sin precedentes", clamó el portavoz del sector primario. Supone "una pérdida muy difícil de reparar, aun cuando los daños son reconocidos por el Principado". Porque el pago de las indemnizaciones, temen los ganaderos, "llegará con retraso" y no incluirá "los gastos indirectos". Se trata, por ejemplo, de la inversión de los ganaderos en leche cuando una cría queda sin su madre o los gastos veterinarios cuando una res resulta malherida.
"Aquí heridos no dejó ninguno, lo que sí hay son dos corderos desaparecidos", afirmó el ganadero afectado. Señala que los lobos "llegaron a derribar el cierre de la finca, así que tenían que ser muchos". Solo se salvaron siete corderos que estaban con un perro, en una zona más alta de la finca. "Esto me deja en una posición difícil, supone una pérdida muy importante", añade.
Otra más. Desde que empezó el año, según los datos recogidos por Agall, el lobo ha matado ya 79 cabezas de ganado en Morcín, Riosa y Mieres. "Estamos seguros de que hay varias manadas sueltas y que no se está haciendo nada por controlarlas". Sirva un detalle como ejemplo: durante la conversación telefónica del ganadero con este diario, el hombre llegó a avistar a un cánido salvaje "bastante grande".
