El tradicional mercado dominical de Mieres regresó ayer tras dos meses de parón, aunque lo hizo con restricciones: con una veintena de puestos aproximadamente (el treinta por ciento de los habituales) y centrado exclusivamente en el sector de la alimentación. Pese a que la afluencia fue menor que una jornada habitual, los vendedores consultados por este diario valoraron positivamente el volumen de ventas y clientes y elogiaron su "civismo".
Fue el caso de Joaquín Ramos, que tiene un puesto de encurtidos, frutos secos y golosinas. "La verdad es que las expectativas que tenía eran muy bajas y, dentro de lo que cabe, ha habido bastante gente. Como un día de mercado que llueve, por poner una comparación. Además, la gente que se ha acercado venía con ganas de comprar", indicó Ramos, que añadió: "Los clientes han sido muy amables y muy cívicos, respetando la distancia, sin agolparse en las colas y utilizando los geles desinfectantes que tenía en el puesto. Con los desmadres que ves por la tele aquí la gente ha estado concienciada".
También Darío Ibaseta, secretario de la Asociación Libre de Vendedores Ambulantes de Asturias (ALVA), destacó la "buena afluencia de clientes" y el respeto a la distancia de seguridad. Además, agradeció "las gestiones realizadas por el presidente Barbón con los mercadillos" y el esfuerzo de los Ayuntamientos para que regresen. "En San Martín y Langreo ya se están moviendo y la idea es que Sama y La Felguera tengan ubicaciones alternativas". El parque Dorado y el parking de la calle Julian Duro son algunas de los emplazamientos que se barajan.
