La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Encuentros chigreros en la segunda fase

La hostelería se anima con el avance de la desescalada y la reapertura de Requejo, la capital mierense de la sidra: "Hay que ser responsables, pero disfrutar como siempre"

Las terrazas de Requejo, ayer al mediodía. JUAN PLAZA

Y por fin, setenta y dos días después de silencio por la mañana, Francisco Carrasco se despertó con el trajín de colocar las mesas en la plaza de Requejo. Se asomó a la ventana de su pequeña casa del barrio, en la que vive desde hace más de dos décadas, y respiró: "Hoy ya leo el periódico y tomo el tinto en la plaza".

Así que Carrasco fue uno de los que ayer disfrutaron del vermú en una de las catedrales asturianas de la sidra: la plaza de Requejo de Mieres. Los establecimientos del barrio decidieron esperar a la fase 2 de desescalada por la crisis del coronavirus para abrir sus puertas. También hubo trajín en la comarca del Nalón, donde el sol animó a salir de casa para seguir disfrutando de las terrazas y, por primera vez en más de dos meses, del interior de los locales.

El ambiente al mediodía de Requejo era casi de normalidad. O de nueva normalidad: mascarillas, desinfecciones de las mesas y cógidos QR -esto solo en uno de los establecimientos- para leer las cartas. "Hay que ser responsables, pero disfrutar como siempre", señaló Teresa García, sentada junto a su yerno Jorge Ribera. La mujer es asidua a la plaza, de vez en cuando toma el aperitivo tras caminar por las mañanas. Un apunte: "Está precioso el paseo, hay que decírselo al alcalde Aníbal (Vázquez)".

A unas mesas de distancia, Carrasco disfruta de su tinto de verano. Está leyendo LA NUEVA ESPAÑA: "Tenía mucha gana de salir a tomar el aire, y ya venir a Requejo era una cosa que me hacía falta", señaló el hombre, natural de Málaga. "Pero vine a vivir aquí de guaje y en Requejo siempre paré mucho. Desde hace más de veinte años, vivo ahí mismo (señala a una casa que está en la plaza)". "Préstame mucho ver este trajín, después de tantos días con esta plaza tan quieta", añadió.

Lo mismo que César García y su hijo, de idéntico nombre. La mujer del primero (y madre del segundo) es hostelera en Aller. En la sidrería Esperanza: "Ella ya tiene abierto también. Pero, de vez en cuando, nos gusta bajar a Mieres y sentarnos a tomar aquí una botellina. Requejo es un sitio auténtico, sidreru de toda la vida, se echaba mucho de menos", afirmó César García padre. Les escancia un culete Diego Sixto, camarero desde hace unos cuatro años: "Estamos llevando muy bien la reapertura", afirmó.

En La Felguera, Alberto Arias Antuña, copropietario de "El patio de mi casa", volvió a abrir sus puertas tras 72 días sin actividad: "Nos ha encantado volver a vernos con los clientes, aunque con muchos mantuvimos el contacto a través del teléfono y las redes sociales durante el confinamiento. Intentamos abrir antes la terraza interior, pero no fue posible y ahora esperamos ir recuperando la normalidad poco a poco".

Compartir el artículo

stats