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La evolución de la factoría langreana

Alas reorienta el vuelo y llega a los 140 empleos, con un millón de euros de beneficios en 2019

Los nuevos dueños de la aluminera de Ciaño, que recibió cuantiosas ayudas públicas para ponerse en marcha, han ampliado su cartera de productos

Las instalaciones de Alas Iberia en Ciaño. FERNANDO RODRÍGUEZ

Alas ha reorientado el vuelo en Ciaño. La planta aluminera langreana -que fue adquirida por el grupo argelino Cevital en 2013 bajo la marca de Alas Iberia, en las instalaciones de la desaparecida Alas Aluminium- ha logrado alcanzar beneficios y asentar una plantilla estable de un centenar de trabajadores que alcanza los 140 en los picos de mayor actividad. Para ello, ha derivado su actividad hacia los perfiles para la arquitectura, la industria y el transporte, demostrando una flexibilidad productiva que también le ha permitido desarrollar piezas de aluminio para prevenir la propagación de coronavirus.

Alas Iberia se constituyó el 20 de noviembre de 2013. El capital social de la sociedad pertenece en un 100 por ciento a Cevital. Su actividad se inició a mediados del año 2015. "En el último ejercicio 2019, la empresa tuvo una cifra de negocio cercana a los 25 millones de euros y un Ebitda (beneficios antes del pago de intereses, impuestos y amortizaciones) generado en torno al millón de euros", indicaron los responsables de la compañía.

Desde la firma también señalaron que la plantilla cuenta con un volumen estable de unos cien empleados que crece hasta los 140 cuando se alcanzan picos de más actividad. Además, el 70 por ciento de la producción son exportaciones destinadas a países como Francia, Alemania y Holanda.

La desaparecida Alas Aluminium se dedicaba principalmente a hacer perfiles de aluminio de gran tamaño. Alas Iberia ha modificado y ampliado la cartera de productos. En concreto, elabora perfiles estructurales para la construcción (ventanas, fachadas, mamparas, muros cortina y mobiliario urbano), perfiles para la industria (solar y termo-solar, robótica, electricidad y electrónica, iluminación y decoración) y perfiles para la industria del transporte (industria del automóvil, ferrocarril, aviación, camiones y autobuses).

También ha demostrado su flexibilidad con motivo del parón producido por la epidemia de covid-19. Pese a que las ventas llegaron a caer un 40 por ciento, no tuvo que recurrir a regulaciones ni recortes de empleo durante la crisis del coronavirus. Para cubrir las nuevas necesidades generadas para hacer frente a la epidemia, ha comercializado con éxito en los últimos meses perfiles para hospitales de campaña, piezas para mamparas de bares y supermercados y llaveros-tiradores para abrir puertas sin tocarlas.

La extinta Alas Aluminium, unos de los principales símbolos de la reactivación en las comarcas carboneras, recibió cuantiosas ayudas de los fondos mineros y llegó a alcanzar los 400 puestos de trabajo, 300 de ellos fijos. El juez encargado del concurso constató, haciéndose eco del informe concursal, que Alas era un proyecto empresarial sobredimensionado, que precisaba el triple de operarios para producir que otras empresas similares del sector del aluminio. La planta de Ciaño recibió desde 2002 más de 16 millones de euros en ayudas de fondos mineros, unas subvenciones vinculadas a determinados compromisos de inversión y creación de empleo.

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