El futuro de la empresa estatal de Hunosa pasa por el aprovechamiento geotérmico del agua de sus pozos. Un desarrollo que ya es una realidad en las explotaciones de Barredo (Mieres) y Fondón (Langreo), pero que también podrá serlo en Sorriego (El Entrego). Para ello, la compañía acaba de licitar el desarrollo del modelo hidrogeológico y térmico en la cuenca central asturiana, que cuenta con un presupuesto de 180.000 euros.
En su justificación, la compañía da cuenta de que lleva varios años "desarrollando una caracterización cuantitativa y sistemática de las capacidades de aprovechamiento de los reservorios geotérmicos de algunas minas de carbón clausuradas y en vías de clausura". Estudios que les han permitido un "avance considerable en el conocimiento del funcionamiento del recurso, aunque debe dársele continuidad con el fin de completar el análisis de problemas de interés práctico para los que todavía no se dispone de la herramienta de cuantificación adecuada".
Estos estudios se han hecho en Barredo y Candín-Fondón, donde se da el aprovechamiento geotérmico del agua de mina. En el caso de Mieres ya se ha puesto en práctica en el hospital, así como en edificios del campus. También se ha desarrollado una red de calor para llegar a las viviendas de la Mayacina. En Langreo, se está desarrollando el proyecto de la red de calor. Al respecto, la justificación del proyecto licitado asegura que "es preciso completar los estudios de desarrollo que acompañen la optimización de la fase de explotación del recurso". En este sentido, señalan que pretenden extender dicho estudio al sistema El Entrego-Sorriego "con el fin de evaluar su potencial geotérmico". De este modo, la compañía estatal podría ampliar su desarrollo de la geotermia en esta zona de San Martín con una tercera red de calor.
La geotermia es una de las líneas de desarrollo de la compañía estatal dentro de sus iniciativas de diversificación, que suponen un futuro para la compañía más allá del carbón. Si bien no es la única, ya que también apuesta por la biomasa, con la conversión de su central térmica que, pasará de quemar carbón a quemar la biomasa; los cultivos energéticos, una línea de investigación que mantiene abierta en colaboración con la Escuela Politécnica de Mieres e, incluso, la eólica.
