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Un chivatazo de cuatrocientos nombres

Historiadores analizan un documento con el que una persona delató a cientos de hombres y mujeres que "colaboraron con los rojos" en Aller

Un chivatazo de cuatrocientos nombres

"A uno de los hombres que cogieron en el monte de Carraceo, lo ataron a un carro de un caballo y lo bajaron arrastrando hasta Boo. Fue una de las muertes más macabras, querían que sirviera de escarmiento para los demás. No dijo nada ni Dios".

Es uno de los testimonios orales recogidos sobre la represión franquista en el concejo de Aller. Un municipio con el dudoso honor de estar a la cabeza de España en número de personas que sufrieron represalias tras la Guerra Civil en proporción a su población. También fue uno de los más resistentes: la guerra duró un mes más en el concejo que en el resto de Asturias, porque el batallón que encabezaba Silvino Morán se negó a entregar las armas. ¿Fue esa la razón que ocasionó la colosal venganza? Es posible. O quizás no. Este diario ha tenido acceso a un documento inédito, nunca antes publicado -en manos de los integrantes de Memoria Allerana-, que un "chivato" entregó al Cuartel de la Guardia Civil de Moreda. Lo hizo de forma anónima y recopiló más de cuatrocientos nombres: incluye hombres, mujeres y niños que, según ese informador, "colaboraron con las Fuerzas Rojas". Muchos de los que aparecen tuvieron un destino desconocido. Otros, como los "panaderos de Cuérigo", escribieron una trágica historia: los tres hermanos fueron asesinados por garrote vil en la plaza de Cabañaquinta, después de la misa del domingo.

"Es un informe tan completo y estructurado que demuestra la existencia de una perfecta red que aportó la información de cada pueblo para que alguien más preparado lo refundiese y lo redactase después", explica el historiador Ernesto Burgos, colaborador de LA NUEVA ESPAÑA. El informe recoge todos los comités que actuaron durante la guerra, repartidos por el concejo: Caborana, Boo, Piñeres, Nembra, Murias, Cabañaquinta, Pelúgano, Bello, Collanzo, El Pino-Felechosa, Casomera y Moreda. En todos se nombra a las personas que formaban parte de cada entidad, con descripciones detalladas para que no hubiera duda de su identidad.

Bienes

No solo eso. En el capítulo siete del elaborado informe, el informante (o informantes) nombra a "todas las personas y entidades de Aller que han simpatizado con los rojos o tenido participación más o menos directa en el movimiento revolucionario y tienen responsabilidad civil". Además, incluye "clase de bienes que poseen con la cuantía que se estima puedan tener cada especie de aquellos". El precio que podían pagar, en caso de no ser asesinados. Aunque esta es la lista "más negra" del informe, que propone para ellos castigos ejemplares.

Las descripciones son concisas y detalladas. Del Sindicato Minero Asturiano, el informe dice que cuenta con "casas en Caborana y Moreda, con un valor aproximado de 5.000 y 75.000 pesetas, en total 80.000". Nombra familias, como un hombre y sus hijos (al menos uno de ellos menor), que "tuvieron una actuación muy destacada antes y en el Movimiento. (Tienen) dos casas en Caborana y coche de alquiler, cuenta en el Banco de Moreda, importe aproximado de valor de todo 50.000 pesetas, 20.000 y 3.000, suma 73.000". Aparecen comerciantes, ganaderos, agricultores y empresarios conocidos en el momento.

Tampoco se "salvaron" del "chivatazo" las mujeres de los que ya habían sido asesinados. Como una mujer que aparece en el documento, "viuda e hijos del apodado (mote del asesinado). El hijo participó durante el Movimiento. Tienen dos casas de un valor de unas 20.000 pesetas". Así, hasta 143 familias y más de 400 nombres para la venganza.

De algunos se conoce su desenlace. Como Luis Cienfuegos, el número 119 de la lista del "chivatazo": "Luis Cienfuegos, Parana, su suegro y esposa de Santibáñez (?) con casas, fincas y ganados por un valor de unas 30.000 pesetas". La familia de este hombre, tras una ardua investigación, descubrió que fue uno de los once presos asesinados en la fosa de Parasimón, en Lena. También aparecen Dionisio, Senén y Valentín García Díaz, los tres hermanos "panaderos de Cuérigo". El informe está fechado semanas antes del asesinato a garrote vil (diciembre de 1937). Nadie se escapó de esas letras. En otro apartado, el documento detalla aquellas personas "de actuación de izquierdas pero revolucionaria menos destacada que los anteriores y merecedores de sanción más suave". Incluye a varios maestros y empleados municipales.

Desencadenante

Y una pieza clave, que pudo desencadenar la venganza. El documento se cierra con un apéndice en el que relata el "cruel asesinato" llevado a cabo "por los rojos, volando la casa de consumos del Puerto de San Isidro". Según la versión ofrecida en el informe, se trata de la "matanza" de treinta y seis personas que habían sido encerradas -junto a otras cuatro que resultaron heridas- en el local. Esta actuación fue acometida, siempre según el "chivatazo", por orden de Silvino Morán.

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