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El osezno llegó solo al pueblo del Aramo buscando comida, según los expertos

La Fundación Oso Pardo afirma que "pudo ser un hecho aislado", pero la Patrulla del Principado vigilará que no se habitúe a los humanos

El esbardo, subido a un árbol en La Vara. M. MALLADA

La aparición de un osezno en el pueblo de La Vara, en Morcín, no preocupa a los expertos. Al menos de momento, porque lo consideran "un hecho aislado". La Fundación Oso Pardo apuesta porque el esbardo, de más de un año de edad posiblemente, llegó a la población "despistado" en busca de comida. A partir de ahora, la Patrulla Oso del Principado iniciará la vigilancia de la zona para evitar que el plantígrado se habitúe a los humanos. Si eso ocurriera, tendrán que aplicar el protocolo de "osos conflictivos". Y una buena noticia: la Fundación afirma que la especie ya está asentada en El Aramo, a un paso de Oviedo.

"Ha habido varios avistamientos en los últimos años. También se han detectado huellas. Aunque no es una zona en la que nosotros estemos trabajando, sabemos por la Patrulla Oso que ya hay población asentada en la zona", explicó Guillermo Palomero, presidente de la Fundación Oso Pardo. Y van a por la segunda generación. El osezno localizado en La Vara, al que el vecino Manuel Mallada pudo hacer una foto, pudo nacer ya en la anterior temporada: "Posiblemente estuviera solo, ya que estamos en la época de celo y es el momento en el que las osas se separan de las crías que ya son esbardos -un año y medio de edad-".

Los vecinos mostraron su satisfacción porque la recuperación del oso marche bien, pero también advirtieron de la necesidad de establecer las medidas necesarias para evitar conflictos en la convivencia. Tanto con la ciudadanía en general como con los profesionales del sector primario. Por el momento, según la Fundación, no hay problemas a la vista: "Es muy posible que se trate de un hecho aislado. Los osos jóvenes son más exploradores y tienen menos miedo a los humanos, por eso pudo terminar en la población en busca de comida".

Si no es así, sí tomarán medidas. De hecho, el protocolo a seguir desde ahora es incrementar la vigilancia en la zona por parte de la Patrulla Oso del Principado. El objetivo: evitar que el esbardo se habitúe a los humanos, perdiéndoles el miedo y "visitando" el pueblo por costumbre. Para afrontar estas situaciones, en enero de 2019, se aprobó el "Protocolo de Intervención con Osos en la Cordillera Cantábrica".

El documento fue redactado por un grupo de trabajo, en el que estuvieron representadas las administraciones de la Cordillera y expertos -como los responsables de la Fundación Oso Pardo, entre otros-. En este caso, el oso de La Vara sería un "oso condicionado por recursos tróficos de origen humano". Es decir, un ejemplar que "ha aprendido a asociar las zonas habitadas y áreas de presencia humana con recursos tróficos accesibles", señala el documento.

El trabajo de los expertos consistiría, solo en el caso de que el oso siga acercándose al pueblo, en acometer acciones encaminadas hacia un "deshabituamiento". Incluiría espantar al ejemplar con petardos y otros elementos. En palabras sencillas, conseguir que el animal "coja miedo" a las personas y regrese a su hábitat: el monte. Es una medida que los ganaderos consideran ya necesaria para evitar ataques a animales domésticos.

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