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Vecinos de zonas oseras exigen formación para turistas: "No son peluches", alertan

Los representantes vecinales de las Ubiñas reclaman una campaña de sensibilización para el verano ante el aumento de visitantes previsto

El osezno localizado en La Vara. M. MALLADA

El oso pardo no es un peluche ni el simpático "Winnie the Pooh". Es el mensaje que quieren dejar claro los vecinos de los territorios oseros, sobre todo en el parque natural de las Ubiñas, a los turistas. "Creemos que no hay suficientes campañas de sensibilización y pueden surgir problemas de convivencia", aseguró Auri Villar, portavoz de los vecinos en la vertiente lenense de las Ubiñas-La Mesa. Un aviso que llega en el mejor momento posible, ya que la expansión de la especie está en un punto álgido: hace solo unos días, un vecino de La Vara (Morcín), localizó un osezno subido a un árbol frente a su casa. A las faldas del Aramo, a un paso de Oviedo.

"Cada vez hay más avistamientos, más rastros. Sabemos que el oso está en el parque y que está cerca de las poblaciones y creemos que el Principado tiene que tomar medidas rotundas para evitar que surjan conflictos entre los osos, los vecinos, los turistas y los ganaderos", destacó Villar. Los vecinos, los primeros porque conviven a diario con la especie: "En la zona estamos acostumbrados y conocemos bien la naturaleza. Sabemos que un oso es un animal salvaje, no un peluche". No ocurre lo mismo con algunos visitantes: "Hay turistas que tienen una imagen distorsionada del oso y se imaginan un peluche. Hay riesgos, se pueden producir ataques, y no queremos que se tomen medidas cuando ya haya ocurrido un hecho que tengamos que lamentar".

La Fundación Oso Pardo lleva ya unos años trabajando en asegurar la correcta convivencia en los territorios oseros. Se ha publicado una guía en la que se proponen una serie de recomendaciones ante el hallazgo de un oso adulto o un osezno.

Nada de fotos

Ante un avistamiento, los expertos recomiendan olvidarse del móvil y las redes sociales: nada de fotografiar ni hacer vídeos. Es contraproducente ya que localiza a los ejemplares y, además, el oso podría sentirse amenazado si descubre la presencia de un humano. Cuidado con acercarse a los oseznos, porque la madre podría estar cerca y reaccionar para proteger a su cría. Lo mejor: avisar a la Patrulla del Oso Pardo del Principado para tener controlado al ejemplar y evitar el acercamiento en medida de lo posible.

"Estas recomendaciones están bien y la Fundación Oso Pardo hace un trabajo excelente, pero el Principado tiene que apoyarlas con otras campañas", destacó Villar. Y cuanto antes, porque parece que el verano va a ser movido para la especie. Además, los espacios protegidos de Asturias prevén un incremento de visitas por la crisis del coronavirus y el impulso al turismo local. "A día de hoy no hay ninguna guía que se distribuya entre los visitantes para una correcta convivencia", destacó la representante vecinal.

Auri Villar matiza que los vecinos, en general, están muy satisfechos con la vuelta del oso al parque natural de las Ubiñas. Hay varias familias asentadas, cinco según el último recuento oficial de la Administración regional. Sin olvidarse de algún pero: el más grande, el que está relacionado con los ganaderos y los agricultores de la zona. "Hay que asegurar que podrán seguir adelante con su trabajo sin que se vea alterado".

No está siendo así, por el momento. La Asociación de Ganaderos Afectados por el Llobu en la comarca del Caudal afirman que una vecina de Lena lleva ya más de medio año esperando por el pago de indemnizaciones tras un ataque a su ganadería. "Si quieren evitar un conflicto como el del lobo tienen que empezar a actuar", destacaron. Lo primero: pago de daños y medidas para espantar a los plantígrados.

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