La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El desmantelamiento de la térmica de Lada generará 102.488 toneladas de residuos

Los trabajos que ejecutará Iberdrola, que no precisan someterse a la evaluación ambiental ordinaria, finalizarán con el desmontaje de la presa

La central térmica de Lada. L. M. D.

El cierre y desmantelamiento de la central térmica de Lada, paso previo a la autorización de clausura por parte del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. La dirección general de Calidad y Evaluación Ambiental concluyó, tras analizar el proyecto presentado por Iberdrola, propietaria de las instalaciones, que no es necesario que sea sometido al procedimiento de evaluación ambiental ordinaria "ya que no se prevén efectos adversos significativos sobre el medio ambiente siempre y cuando se cumplan las medidas y condiciones establecidas en el documento ambiental".

Los trabajos de desmantelamiento de la térmica de Lada, que ocupa una superficie de 24,61 hectáreas en el área urbana, se ejecutarán en tres años. La actuación se acometerá por fases, aunque "cuando sea posible se realizarán de forma simultánea para optimizar recursos", refleja el documento. Las unidades que necesitarán más tiempo para su demolición, por su magnitud o su localización son la caldera, la chimenea, la nave de turbinas y la desulfuradora, enmarcadas en el área 4.

La última de las instalaciones que será desmontada será la presa sobre el río Nalón, necesaria para la toma de agua y el mantenimiento del tráfico rodado entre las márgenes. La compañía eléctrica calcula que requerirá cuatro meses de trabajo. También figurarán, entre los trabajos de la fase final, aquellas estructuras que tienen como misión principal la seguridad industrial o la preservación y control ambiental además de las oficinas y los aparcamientos, por motivos logísticos.

El desmontaje de la térmica de Lada generará 102.488 toneladas de residuos, de los que se prevé reutilizar 65.683. El Servicio de Evaluación Ambiental del Principado ha fijado, en el informe remitido en las consultas previas a las administraciones afectadas sobre el documento ambiental, que Iberdrola deberá iniciar en el plazo de 36 meses un procedimiento de reordenación urbanística de acuerdo con los usos que se planifiquen en la parcela una vez finalizado el desmantelamiento. En caso contrario, deberá ejecutarse un nuevo proyecto de restauración que incluya todas las áreas que no estén dotadas de soleras de hormigón y aglomerado asfáltico.

En el proyecto de desmantelamiento de la central se incluye la restauración vegetal y paisajística de las zonas no asfaltadas del área 1, el parque de carbones, área de barros y balsas de decantación. En esta zona, indica el plan de restauración que planteó la compañía, el destino de los terrenos a restaurar será exclusivamente paisajístico, sin ningún otro uso asociado.

La empresa distingue cuatro áreas de actuación. La primera corresponde al parque de carbón y escorrentías (cintas y tolvas, balsas, pozos de bombeo de escorrentía y planta de tratamiento, tanque de gasoil y diversos edificios). De la segunda, ubicada en la orilla derecha del Nalón, forman parte los silos de cenizas, tolvas de carbón, antiguas calderas, presa y sistema de captación de aguas, tanques de fuel-oil, depósito de fuel, diversos edificios, aparcamiento y accesos.

En el área 3 se encuentra la torre de refrigeración junto con el edificio de transformadores, el almacén y planta de tratamiento de aguas mientras que la zona 4 se corresponde con la instalación de producción Lada IV (silos de yeso y caliza, calderas y chimeneas, precipitadores, turbogenerador, salas de control, desulfuradora y planta de tratamiento de sus efluentes, tanques de fuel y fuel-oil, grupos diesel, tanque de lechada, y diversos edificios). La evaluación de impacto ambiental sostiene que con el desmantelamiento se producirá "previsiblemente un impacto positivo, pasando de un paisaje con grandes infraestructuras a un solar explanado y urbanizado" en las áreas 2, 3 y 4 y a un "entorno seminatural en el área 1, que será objeto de las labores de restauración vegetal".

Las operaciones previas al desmontaje se centrarán en la limpieza de equipos e instalaciones y la retirada de aislamientos térmicos, entre otras operaciones. El proyecto elaborado para el desmantelamiento de la central no incluye el depósito de residuos no peligrosos, ubicado a tres kilómetros de la térmica y su cierre se gestionará de "manera independiente conforme a la legislación", recoge el documento. También queda fuera un edificio eléctrico que recoge líneas de alta tensión que salen de la central con destino a otras subestaciones eléctricas, que se mantendrá después de la demolición completa de la instalación.

De las 102.488 toneladas de residuos, 36.805 "serán expedidas al gestor autorizado y al vertedero", señala el documento, que destaca que se promoverá un alto nivel de recuperación y aprovechamiento de materiales. Su transporte se realizará de forma escalonada durante los treinta y seis meses que durará el proceso de demolición. La cantidad media de residuos a transportar será, estima el proyecto, de 1.022 toneladas al mes, que supone un movimiento de entre uno y dos camiones diarios.

Destaca el documento que "la calidad del aire en el entorno mejorará tras el desmantelamiento de la central" y que "los impactos producidos por emisiones atmosféricas (durante los trabajos) no se prevé que sean significativos". La realización de las obras de desmantelamiento de la térmica supondrá una generación "de empleo directo e indirecto durante los tres años de duración prevista", sostiene el informe de evaluación ambiental. Iberdrola modificó, tras recibir las reclamaciones y sugerencias de diversos departamentos de las administraciones afectadas, el documento ambiental para incluir las variaciones pedidas. Desde el cierre, la empresa tiene doce meses para iniciar el desmantelamiento, que costará 17 millones de euros.

La eléctrica acaba de anunciar una inversión de 300 millones de euros en la "transformación verde" de Velilla (Palencia), donde clausurará también la central. En Asturias, el Principado, la Corporación langreana y los sindicatos le demandan proyectos alternativos.

Compartir el artículo

stats