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Redes "engancha" a los osos

La presencia de plantígrados ya es "permanente" en el parque natural, clave para unir las dos poblaciones de la Cordillera

El oso avistado en la senda de Brañagallones en mayo. MIGUEL Á. FERNÁNDEZ

Que el oso está expandiéndose por las Cuencas es un hecho. Esta comarca es, además, clave para la unión de las dos poblaciones de osos existentes, la oriental y la occidental, menos numerosa. El parque natural de Redes es la zona por la que tienen que ir ampliando los territorios para llegar a la unión definitiva con la población oriental, que tiene sus límites actualmente en los montes de la frontera entre Lena y Aller: muy pocos kilómetros las separan. En Redes, la presencia de la especie, de la que hace unos años apenas había indicios, es cada vez más habitual. Que se lo pregunten a los vecinos de Belerda, en Caso, donde este miércoles un ejemplar estuvo paseándose buena parte de la mañana. O en el entorno de Tarna, donde un ejemplar se pegó un atracón de miel, destrozando algunos "casiellos". "Está claro que cada vez hay más, que se están asentando", afirma el alcalde casín, Miguel Fernández.

El regidor explica cómo el miércoles los habitantes de Belerda tuvieron la visita de un vecino muy particular. "Un oso estuvo por el pueblo por la mañana, a plena luz del día". Luego bajó en dirección a la localidad de Soto de Caso, por un camino, pero finalmente se desvió antes de llegar al segundo pueblo. "Si sigue un poco más, hubiera entrado en Soto, visitando dos pueblos la misma mañana", apunta Fernández. No es la única evidencia reciente de la presencia de plantígrados en la zona. El hallazgo de huellas empieza a ser cada vez más habitual. Hay más. Unos días antes del avistamiento en Belerda, en el tramo comprendido entre Pendones y Tarna, en una cabaña en la que un vecino tiene varias colmenas, un oso se dio un festín de miel. Las huellas que dejó en la zona fueron numerosas.

"Me parece que hay más de un oso y que su presencia ya no es tan aislada", subrayó Miguel Fernández. "Aparecen indicios cada poco tiempo. En El Cotu, cerca de Coballes, en Mericueria, ya cerca del límite con León...". Esta primavera también se avistó un oso en la senda de acceso a Brañagallones. Lo que los investigadores no han podido lograr en años, imágenes de plantígrados en Redes, estos meses las están viendo los vecinos con sus propios ojos.

El Grupo de Investigación del Oso Pardo Cantábrico, que pertenece a la Unidad Mixta de Investigación en Biodiversidad (UMIB), con sede en el campus de Mieres, ya había instalado varias cámaras trampa en distintos sectores del parque de Redes y en Ponga, para detectar la llegada del oso a estas áreas. A lo largo de más de seis meses, desde el verano del año pasado, el grupo colocó cámaras trampa en la zona de Brañagallones, donde hace unos días fue señalada la presencia de un oso. Sin embargo, estas cámaras no registraron ejemplares.

Los investigadores destacaron que eso "no quiere decir que no haya osos, sino que no tuvimos la suerte de que pasaran por delante de nuestras cámaras". Suponen que "podría tratarse de una expansión muy reciente".

Desde la Fundación Oso Pardo (FOP) se apunta que la especie ya tiene una presencia "permanente" en Redes. Además, esa expansión por el territorio "irá a más" y "pronto" habrá "reproducción" y osas con crías en el espacio protegido.

No solo en el parque natural que conforman Caso y Sobrescobio están haciéndose cada vez más comunes los avistamientos y los encuentros con este animal, emblema de la fauna española y de la conservación del medio ambiente. En junio, en La Vara (Morcín), a tiro de piedra de Oviedo, los vecinos vieron cómo un osezno trepaba por un árbol. En este mismo entorno no son pocos los indicios de presencia de plantígrados, al igual que en algunas zonas de Mieres.

El centro de interpretación de Redes, en Campo de Caso, acogió el pasado verano una conferencia en la que se explicó a los vecinos cómo actuar en caso de encontrarse con un oso. La clave es mantener la tranquilidad. Si el oso no está al tanto de la presencia humana, lo mejor es retirarse sin llegar a alarmarlo. De lo contrario, suele tener miedo al humano y hay que dejar las rutas de escape abiertas, ya que huyen en el 95 por ciento de los casos.

El turismo de avistamiento de osos tiene -al menos hasta antes de la crisis sanitaria- un tirón creciente en el suroccidente asturiano. En el futuro, es posible que también las Cuencas se beneficien de ello. De momento, lo que sí hay son daño esporádicos, en colmenas, pero también en el ganado, como ya ha ocurrido en Lena. Los ganaderos piden compensaciones "justas" y que los pagos no se dilaten en el tiempo. "No creo que el oso llegue a ser un problema como el lobo", afirmó Miguel Fernández, ya que se trata de animales "con comportamientos completamente diferentes. Uno causa daños muy costosos entre el ganado, muchas muertes cada año. Donde son abundantes, los osos no producen este tipo de daños", concluyó el regidor casín.

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