La carretera del puerto de Pajares, la N-630, fue sometida hace ya casi una década a una reforma integral que se extendió entre Campomanes y Villamanín, con un coste de 10 millones de euros. Desde entonces, es raro el verano en el que no se aborda algún tipo de mejora. El Ministerio de Fomento está actualmente sustituyendo varios tramos de quitamiedos en la zona alta del puerto. De esta forma se pretende mejorar la seguridad de los usuarios, especialmente de los motoristas.

Aún con las constantes actuaciones, la carretera del puerto Pajares se situó entre 2014 y 2016 como la vía más peligrosa de la red regional y la novena de toda España. La alta siniestralidad de la vía, en relación con su volumen de tráfico, dio en 2018 una tregua. El paso montañoso que une Asturias con La Meseta no figuró por primera vez en bastante tiempo entre los 60 tramos más peligrosos del país.

La actuación más importante en Pajares se acometió en 2011. El proyecto, en el que se invirtieron más de quince millones de euros, incluyó la rehabilitación de ochenta kilómetros de la N-630. La obra sufrió un importante retraso en el inicio respecto a plazo inicial marcado desde Madrid. El Ministerio de Fomento había sacado las obras a concurso en enero de 2008, adjudicándolas meses después a una empresa que, al poco de iniciar los trabajos, quebró. Esta situación obligó Fomento a readjudicar los trabajos de acondicionamiento, que no arrancaron hasta cuatro meses después de haberlos vuelto a sacar a concurso. La actuación se abordó en dos tramos. La reforma de la N-630 en la vertiente leonesa, para un trazado de aproximadamente cincuenta kilómetros (entre Villamanín y León), tuvo un coste de 5,72 millones de euros, algo por debajo del presupuesto inicial de licitación, fijado en 6,1 millones. En el caso del tramo asturiano (entre Campomanes y Villamanín), la actuación tuvo un coste de diez millones de euros para 33 kilómetros.