Decenas de vecinos de Laviana despidieron hoy al que fuera alcalde del concejo, Ovidio Martínez Morán, fallecido el martes a los 82 años. Lo hicieron de dos formas, la primera, a mediodía, en la plaza del ayuntamiento, con un emotivo minuto de silencio. Posteriormente, a la una de la tarde, se celebró en la iglesia parroquial de Santa María el funeral.

El Consistorio decretó dos días de luto oficial en el municipio, ayer martes y hoy miércoles. Las banderas del ayuntamiento ondearon a media asta. En el homenaje de esta mañana, el alcalde, Julio García, destacó que "Ovidio Martínez fue fundamental en la historia democrática de Laviana porque asumió la Alcaldía en un contexto difícil económicamente como fueron los años comprendidos entre 1991 y 1995, poniendo las bases sobre las que se sustentó el desarrollo de los grandes planes transformadores de la siguiente década. Todos los alcaldes construimos y desarrollamos nuestros proyectos sobre las bases que constituyen los alcaldes anteriores".

El regidor afirmó, además, que Martínez Morán era una persona honrada, rigurosa y cercana a los problemas vecinales, "deja un enorme recuerdo entre la gente de Laviana y entre los trabajadores municipales".

Menéndez Morán no solo era conocido por su faceta política, líder de la candidatura del PSOE como independiente en 1991 y posterior obtención de la Alcaldía. También por su trabajo, en la Confitería Veneranda, el negocio familiar que puso en marcha su madre, Veneranda Morán, y en el que trabajó junto a su hermana, Lula, con la que siguió la tradición. La conocida "tarta veneranda", emblema de la pastelería lavianesa junto a los bartolos, fue una receta creada en esta confitería.

Martínez Morán deja mujer, un hijo y dos nietos. Era, tal y como lo recuerdan sus amigos, una persona "muy respetuosa con las opiniones de los demás", de carácter "prudente, justo y comedido".