El Gobierno del Principado reclama a la empresa eléctrica Ibedrola la máxima "colaboración" para que se ponga en marcha un plan alternativo de actividad en los terrenos que quedarán libres tras el desmantelamiento de la central térmica de Lada, propiedad de la compañía vasca. El consejero de Industria, Enrique Fernández, ha emplazado a la eléctrica a presentar este proyecto o bien, en su caso, a que "facilite" la instalación de otras empresas en la parcela. El objetivo, según el Principado, es claro: que se desarrollen proyectos que "mantengan actividad y empleo, que generen riqueza en Langreo".

Desde la Consejería de Industria se afirma que Iberdrola tiene "voluntad de cooperar, de colaborar para buscar estas salidas alternativas", que eso sí, tendrían que "encajar dentro de sus líneas estratégicas de negocio". Fernández estuvo el jueves en Avilés, donde la eléctrica presentó la "cartera de proyectos que tiene en Asturias. Son importantes, con proveedores locales para el desarrollo de equipos de energía eólica terrestre, también de eólica 'off shore'. En total, pedidos por un valor de unos 200 millones de euros a seis compañías de la región. En el encuentro, el Gobierno regional insistió en que es necesario que la compañía presente un plan alternativo para Langreo. Tal y como explicó Enrique Fernández, "aprovechamos para trasladarles que está pendiente un plan de acompañamiento que pueda ser satisfactorio, vinculado a la desinstalación de la térmica de Lada". Más allá de las "intenciones" de Iberdrola por colaborar, el Principado afirma que se "mantiene esta reivindicación, esta exigencia. También vamos a ofrecer colaboración, para que en caso que Iberdrola, en su seno, no pueda desarrollar una actividad en ese territorio, pues que facilite el advenimiento de otras empresa, que colabore para que otras compañías puedan venir a desarrollar proyectos que mantengan actividad y empleo, que generen riqueza en Langreo".

Es decir, que si no es la propia eléctrica la que impulse un proyecto generador de actividad en los terrenos, que facilite su utilización a otras compañías. "Lo que queremos es que haya una predisposición, lo más favorable posible, de cara a que allí se genere nueva actividad. Es nuestra intención, y entendemos que también la de la compañía".

El desmantelamiento de la central térmica de Lada configurará una bolsa de suelo de 500.000 metros cuadrados en un enclave privilegiado, a la entrada del Valle y en pleno eje urbano. Los terrenos de la planta (unos 264.000 metros) se unirán al suelo cercano que antes habían dejado libre otras compañías. Las propuestas desde que se pidió el cierre de Lada no han faltado. Una central de biomasa, un "almacén" energético, una fábrica de paneles solares, un parque o espacios residenciales y para equipamientos son algunos de los planteamientos que han sonado.