Una empresa surgida del Centro de Investigación en Nanomateriales y Nanotecnología (CINN) de El Entrego prevé comercializar en un plazo de un año innovadores materiales que, aplicados a pinturas convencionales, permiten proteger superficies de paredes, muebles o suelos matando a las bacterias con las que entran en contacto. La eficacia de estos elementos antimicrobianos inorgánicos (vidrios con alto contenido en óxido de calcio o en óxido de cinc y nanopartículas soportadas de plata o de cobre) ha sido ampliamente contrastada en el laboratorio para combatir la "Escherichia coli" (una bacteria intestinal) o la MRSA (siglas en inglés del "Staphylococcus aureus"), entre otras. En la actualidad se están desarrollando investigaciones para probar la validez de los compuestos frente al coronavirus.
La empresa Advanced Glass Solutions (AGS) es una "spin-off" del CINN y ocupa uno de los laboratorios mixtos público-privados del edificio tecnológico del pozo Entrego. Manuel González es su consejero delegado: "Ahora estamos haciendo el estudio de mercado para concretar el plan estratégico de negocio y qué recursos necesitamos, generando valor a partir del conocimiento que existe en el CINN desde hace muchos años".
Según argumentó González, se trata de un proyecto con "una amplitud de mercado y de aplicaciones enorme. Podemos hablar de usos en sanidad, en la industrial del automóvil y aeroespacial, agricultura... En todos los sitios donde haya un ser humano haciendo algo puede ser necesario tratar ese entorno para reducir los riesgos de contagio". Precisamente, por el hecho de tener "una amplitud tan grande, necesitamos priorizar y definir bien el foco al que vamos a ir dirigidos. Aunque no sea el único, el foco más importante será el de las pinturas. A las funciones tradicionales de las pinturas, como pueden ser las decorativas o las anticorrosivas, queremos sumarle una más: que lleven un escudo que haga que las bacterias que entren en contacto con ella mueran", funcionando así como desinfectantes pasivos.
González esgrimió que "no vamos a hacer una pintura nuestra y venderla. Lo que vamos a buscar son alianzas estratégicas con los fabricantes de pintura para suministrarles el material, el conocimiento y la tecnología para crear una nueva generación de pinturas que incluyan esas propiedades antimicrobianas o antivíricas, a través de la mezcla adecuada".
El producto se puede obtener tanto en polvo como en vía líquida. El material funciona por contacto y puede utilizarse en pinturas, pero también en otros tipos de recubrimientos. "Podría haber aplicaciones, por ejemplo, para el papel y el cartón, en el tema de paquetería, ante todo lo que ha generado la venta por internet. O todo el tema de los plásticos. Son campos con una potencialidad alta", aseguró González.
En un futuro, si las investigaciones en marcha tienen éxito, los materiales del CINN, ampliamente contrastados frente a las bacterias, también podrían utilizarse contra el coronavirus. "Hasta ahora siempre hablábamos de materiales antimicrobianos en los que incluíamos las bacterias, levaduras y hongos. Ahora, con la pandemia, todo el mundo te pregunta si estos productos también son antivíricos. En el CINN se está investigando actualmente la posibilidad de aplicar esos elementos para usarlos contra el covid-19", expuso el consejero delegado de AGS, para añadir: "Si se obtienen buenos resultados en las investigaciones contra el covid-19, nos permitiría añadir esa estrella, por así decir, a nuestro producto".
Para González, el virus "ha cambiado la sensibilidad del ciudadano de a pie por lo que es el riesgo asociado a la transmisión de enfermedades", y eso "nos va a ayudar en el proceso de introducción de nuestros materiales en el mercado. La primera fase de investigación es básica para presentar un producto que puede matar el virus. Pero después tienes que ser capaz de demostrar de que en una aplicación como puede ser la pintura sigue conservando esas propiedades".
El responsable de la firma asentada en El Entrego también aludió a los plazos de comercialización. "Yo creo que estaríamos hablando de un periodo de un año. Todo este tipo de proyectos requieren hacer expedientes de aplicación con la industria, con resultados que sean medibles para obtener las autorizaciones de comercialización correspondientes. Ahora mismo tenemos muchísimo trabajo realizado de pruebas, incluso en su aplicación industrial, pero se necesita extenderlo a más casos. Para mediados de 2021, podríamos estar en proceso de facturación, por lo menos de algunos de los materiales".
En la misma línea, González precisó que "habrá que empezar por las patentes que tienen un nivel de aceptación más alto. Ya hemos empezado los procesos de homologación y certificación de estos materiales. Estamos haciéndolo junto a una empresa multinacional de certificación del sector de biocidas y estiman que en un año podremos tener luz verde para la comercialización".
