Adiós a unas vacaciones que se soñaban tranquilas para el vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, y la ministra de Igualdad, Irene Montero. La pareja, junto a sus tres hijos, habían elegido la localidad de Felgueras (Lena) para pasar unos días de descanso. Estaban alojados en la casa de Enrique Santiago, secretario general del Partido Comunista de España y diputado en el Congreso. Lo que había empezado como un retiro tranquilo y el recibimiento amable de los vecinos, terminó con un ataque "de la ultraderecha" -según fuentes de Unidas Podemos- en el pueblo. Aparecieron pintadas, como un enorme "Coletas rata" en la carretera, y hay quien llama al boicot de un establecimiento que se limitó a atender a la familia como clientes. "No miramos ideologías, lo único que pedimos para entrar en nuestra casa es respeto", afirmaron desde el restaurante Casa María. Iglesias y Montero hicieron las maletas y dejaron Lena. Y, aunque podría parecer que su marcha está relacionada con el ataque, fuentes próximas a la pareja aseguran que "solo tenían previsto quedarse el fin de semana".

El "movimiento" poco habitual en Felgueras comenzó la semana pasada. Un hotel próximo a la localidad recibió a varios funcionarios del Gobierno, el equipo de seguridad. El recibimiento no pudo ser mejor: "Estuvieron conmigo toda la mañana y les enseñé les pites y el pueblo", explicó Ramón Santamaría, vecino de Felgueras. Otra vecina vio a Irene Montero jugando "con los dos nenos que son iguales" en las inmediaciones de la vivienda.

La noticia corrió como la pólvora. Y, a pesar de la discreción de la pareja, pronto se supo que pasaban sus vacaciones en Felgueras. Y entonces entraron en juego las redes sociales. Una usuaria de Twitter que se identificaba en la red social como "Sol" hizo una publicación incendiaria: "En estos momentos nuestro 'vice' Pablo Iglesias y familia en mi pueblo, mientras la mayoría de los españoles sin vacaciones y en la miseria. Os dejo la ubicación por si queréis pasar a saludarlo", explicó en un "tweet" público que ya ha sido eliminado. Esa publicación, afirmaron fuentes oficiales, está siendo investigada.

Llegó el caos. Aparecieron los insultos rotulando el suelo de la carretera. Llamaron al boicot del restaurante Casa María, que ha hecho un comunicado en sus redes sociales que ya han visto más de 40.000 personas. "Lo único que hicimos fue darles de comer en nuestro restaurante como a cualquier cliente", explicó a este diario Roberto de la Riva, uno de los dueños de Casa María. "Llegaron a decir que eché a una persona del local por traer la bandera de España en la mascarilla cuando es completamente mentira. Aquí tratamos con clientes, no miramos si son de izquierdas o de derechas", añadió rotundo.

Frente al odio, los apoyos. Como el de Alberto Garzón, ministro de Consumo: "El acoso de la extrema derecha a Pablo Iglesias e Irene Montero es inadmisible en una democracia. Dice mucho y nada bueno de la derecha extrema española y su política del odio. Mi solidaridad plena con la familia". El presidente del Principado, Adrián Barbón, afirmó que "las faltas de respeto, los insultos y el acoso son, para mí, inadmisibles". La alcaldesa de Lena, Gema Álvarez, también "descargó" en Facebook: "Creemos que todos los políticos tienen derecho a disfrutar de su vida privada. Lena es un sitio ideal para pasar las vacaciones".