La crisis sanitaria ha obligado a la cancelación del "Toréu del Santu", que llevaba celebrándose 126 años sin interrupción.

Ningún vecino de Piñeres (Aller) podía imaginarse un verano sin su "Toréu del Santu". Pero llegó la crisis del coronavirus y lo cambió todo. Por primera vez, ayer -el último domingo de agosto- solo se ondeó la bandera en el interior de la parroquia allerana. Sin paseos ni aglomeraciones.

El origen de esta tradición, única en Asturias, no está claro. Dicen los vecinos de Piñeres que este toreo proviene de un joven allerano que militó en los tercios de Flandes, y regresó a su aldea con este ritual más propio del norte de Europa.

El significado de la bandera no es menos confuso. El lienzo está dividido en dieciséis cuadrados, compuesto cada uno por cuatro triángulos. Los colores que lo forman son el blanco, el azul, el amarillo y el marrón. La creencia cuenta que simbolizan las cuatro tentaciones que San Antonio se vio obligado a superar.

El mayordomo de la bandera es Alberto Gutiérrez, que ostenta el especial cargo desde 1998. Trajeado con camisa blanca, faja azul y boina, el abanderado realiza el ritual siempre de cara a santo. Sin cesar de agitar la bandera, cruza el puente hasta la ermita, donde extiende el lienzo para que los portadores de San Antonio puedan introducir a su patrón en la capilla por encima de la bandera extendida. Ayer se quedó en la iglesia.

La suspensión de las fiestas no fue la única novedad a la que deben atenerse los vecinos del pueblo allerano. El párroco titular de San Pedro de Piñeres, Enrique Iglesias, no oficiará la misa dedicada al santo. El cura, tras más de cuarenta años en la iglesia, se jubiló tras un ictus sufrido en febrero del año pasado. La comisión de festejos de Piñeres de Aller solicitó la declaración de Fiesta de Interés Turístico en el año 2015. El Gobierno del Principado denegó esta opción debido a la complejidad que conlleva este procedimiento.

En la actualidad, el pueblo baraja la opción de solicitar el reconocimiento de Bien de Interés Cultural (BIC). La comisión se decantó por esta alternativa para no verse obligada a reorientar criterios específicos que lleguen a modificar el festejo y, además, para otorgar al "Toréu del Santu" el valor histórico digno de más de un siglo de tradición.