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Las últimas palabras de Aquilino Vega

Un coleccionista encuentra la carta que el alcalde de Aller mandó a su esposa horas antes de morir fusilado en 1938: "Hasta siempre, valor"

En una celda fría y con la mano temblorosa. Cogió aquel trozo de papel ajado y empezó a escribir.

"Día 9 de marzo se cumple mi sentencia, así que espero que tengas valor y serenidad para llevar la vida con mi querida hija?" .

Son las últimas palabras de Aquilino Vega, alcalde de Aller durante la Guerra Civil (electo en abril del 37), para su mujer. Fue fusilado horas más tarde en la prisión modelo de Oviedo. Había acudido al cuartel, tras meses escondido, para que liberaran a su hijo de 18 años. Cuando llegó, el joven había sido asesinado a golpes. Esa carta, en la que se despide de su mujer Antonia y de su hija, ha sido recuperada ahora por el coleccionista Pedro González. Este vecino de Soto de Llanera quiere encontrar a los descendientes del exalcalde para entregarles la misiva.

"Espero de ti que la eduques lo mejor posible, yo ya no soy su padre. Soy inofensivo, me llevo la conciencia tranquila".

La preocupación por su familia, por toda su vida, resumida en una frase. Aquilino Vega tenía poco tiempo, escaso espacio y una última oportunidad. "Considero que esta carta quizás pudo salvar la censura, porque el hombre tuvo el cuidado de no escribir nada que pudiera inculpar a nadie. Se percibe que quería que su mujer la recibiera, pero son todo conjeturas", explica el coleccionista. Encontrar este documento fue un golpe de suerte: "Estaba dentro de una maleta de cartón que encontré en el rastro, como casi todo lo que consigo. No es la primera vez que me hago con documentos curiosos, llamativos y únicos", afirma. Hace unos años, consiguió una colección de caricaturas que habían sido dibujadas por un prisionero: "La mayoría de los familiares de los presos que aparecían retratados las recibieron encantados", señala.

Por eso quiere que la carta de Aquilino Vega tenga el mismo destino. También está dispuesto a donarla al Ayuntamiento de Aller, si ningún familiar la reclama antes: "No me mueve ningún interés económico, considero que es un documento de importancia histórica que merece atención. Bien como muestra del conflicto civil, o en la intimidad de la familia", destaca.

Una intimidad que Aquilino solo bordeó en sus letras.

"Lo único que me llevo es lo poco feliz que te he hecho, así que no te apures. Muchos abrazos y muchos besos para ti y para mi hija, que eres (sic) los dos seres que más quiero".

Lo que más quería, lo que de verdad giraba su mundo. Y, a pesar de todo, murió por una ideología. El socialista Aquilino Vega fue el alcalde electo en abril de 1937. Comunista y miembro del sindicato de obreros mineros de la UGT, fue presidente en la sección de Caborana. Al caer Asturias, en 1937, se escondió hasta que detuvieron a su hijo. Amenazaron con matarlo si no se entregaba. Pero, cuando llegó, habían asesinado al joven a golpes. Él fue ingresado en la cárcel modelo de Oviedo y condenado a pena de muerte en Consejo de Guerra del 8 de marzo de 1938. Fue ejecutado al día siguiente, el día que escribió esas últimas líneas para la familia.

"Es impresionante la historia que puede tener detrás una carta", afirma González, un entusiasta del coleccionismo de la Guerra Civil de Asturias. Dice que tiene más "calidad" que "cantidad" entre lo que guarda. Como un escrito de principios del siglo pasado, que relata el asesinato de un religioso. "Los coleccionistas solemos guiarnos más por la intuición que por lo que vemos", afirma González, que cuenta con la colaboración de un amigo historiador: "Él me ayuda a contextualizar lo que colecciono, aunque a veces es imposible encontrar la historia de una pieza, de un escrito, de un documento?".

No fue así con Aquilino Vega, cuya historia es muy conocida en el concejo de Aller. En la candidatura que él encabezó aparece también Valentín García. Uno de los "panaderos de Cuérigo", asesinados a garrote vil en la plaza de Cabañaquinta. Seguro que también pensó en sus compañeros cuando firmó la despedida de su carta, tres palabras que lo dicen todo:

"Hasta siempre, valor".

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