Las obras para construir 300 aparcamientos en los terrenos de las tres fincas que permanecían sin uso en la zona sur de La Mayacina acaban de arrancar con un presupuesto de 423.774 euros. Se trata de lo que podría calificarse como la última fase del ensanche urbano de la ciudad.
Las labores de construcción del parking de La Mayacina darán paso al desarrollo del parque que ocupará toda la zona centran del barrio. Ambos proyectos se abordarán engarzados para no colapsar la demanda de aparcamiento en el centro de la ciudad, ya que la amplia zona verde eliminará el amplio aparcamiento de tierra que durante los últimos lustros ha dado servicio, aún en precario, a la ciudad. Por este motivo el Ayuntamiento ha desarrollado con antelación un plan de creación 700 aparcamientos que culmina con la actuación que acaba de arrancar en La Mayacina.
Salvo imprevistos, las obras que ya están en marcha serán las últimas de gran tamaño que se acometan en el ensanche urbano de Mieres. Sólo quedaría pendiente que el administrador concursal que actualmente está al frente de la quebrada constructora Oteypsa logre vender la finca que quedó sin construir en 2010. De esta forma, la eterna gestación de La Mayacina quedará más o menos finiquitada.
El de La Mayacina será un parking de más de 300 plazas y también el último proyecto del plan de espacios disuasorios, tras las obras en Oñón, la calle La Pista y la finca del Sinagua, que se fueron construyendo e inaugurando en ese orden. En total, casi 700 aparcamientos en el centro de Mieres para aliviar la falta de plazas. El proyecto tiene un coste total de 423.774 euros, incluyendo impuestos, de los que el 80 por ciento está financiado por la Unión Europea a través del programa DUSI. La iniciativa incluye también la recuperación de espacios para el uso público, con la instalación de un área de juegos biosaludables y un skate park.
De momento, la construcción del nuevo parking se concentra en la parcela que se encuentra en la margen norte de la calle Dolores Ibarruri. La amplia parcela que se sitúa al otro lado de la calzada está vallada y las máquinas entrarán a trabajar en breve. Serán entonces cuando se tenga que cortar el gran eucalipto situado junto a la iglesia de Santa Marina. En su momento este gran árbol sobrevivió al proceso de urbanización de los terrenos gracias a la presión vecinal. Desde que se conoció que será derribado se han vuelto a producir quejas, con la colocación incluso de carteles pidiendo que el emblemático árbol se mantenga en el lugar. La decisión que se ha tomado es que la zona debe quedar despejada.
