​La Consejería de Educación asumió ayer la reclamación de las familias de Nuevo Santullano que este año fueron excluidas de los servicios de transporte y comedor. La Administración regional garantizó que los alumnos del colegio Prau-Llerón disfrutarán de este derecho de manera permanente tras quedar acreditado que Nuevo Santullano no pertenece al casco urbano de Mieres, como defendía el Consorcio de Transportes de Asturias.

El acuerdo se alcanzó ayer por la mañana con la presencia de la concejal de Educación Belén Alonso, y del alcalde, Aníbal Vázquez. Ambos se desplazaron a Oviedo en compañía de las familias afectadas. Como estaba anunciado, hubo una proteste frente a la Consejería. No obstante, la solución llegó sin demasiada demora. "Ha imperado el sentido común y, por nuestra parte, hemos puesto sobre la mesa el informe que ya enviamos a la Consejería el pasado mes de noviembre", explicó Belén Alonso.

Lo que ha sucedido en Nuevo Santullano es un auténtico embrollo que tiene su origen en el compromiso que se adquirió en 2012 con motivo del cierre del colegio local. La por entonces consejera de Educación, Ana González, dijo entonces que la medida ayudaría incluso a reforzar "la asistencia continuada del alumnado a las clases logrando la integración socioeducativa de los estudiantes en el Prau Llerón, donde disponen de transporte escolar y comedor gratuito".

El gobierno local llevaba desde febrero advirtiendo al Principado de un problema que terminó estallando la pasada semana con el inicio del curso escolar. Sólo los escolares de Nuevo Santullano que arrastran derechos del colegio cerrado en 2012 podían inicialmente disfrutar del transporte y comedor gratuito en Mieres. Esta cobertura, debido a posteriores resoluciones, se quebró para los matriculados a partir del curso 2017-2018. De esta forma, hay incluso casos de hermanos que uno tienen acceso gratuito a los servicios y el otro no.

Finalmente, todos los niños tendrán transporte y comedor. Lo tendrán, además, de manera indefinida.