Un hórreo a punto de derrumbarse. Unos dueños que o no dan señales o no quieren hacer frente a su arreglo, y unos vecinos con temor a que se venga abajo y aplaste sus casas. Esta es la situación que se está viviendo en la localidad casina de Orlé, donde una de estas estructuras tradicionales tiene uno de sus pegollos (patas) completamente torcido. "No sabemos lo que tardará en caer, pero seguro que lo hará si no se arregla. Y en breve llega el invierno y las nevadas, y de ahí seguro que no pasa", denuncia Alicia Santos, propietaria de una de las casas que se encuentra junto al hórreo, que afirma que "no duermo por culpa de los nervios. Lo mismo cae sobre mi casa, que al camino cuando pase alguien... Hay que hacer algo".

Los vecinos han avisado al Ayuntamiento de Caso, que ha precintado la zona, pero "esto no impedirá que caiga". También envió a un técnico para elaborar un informe de la situación. "Al parecer los hórreos al caer giran, hay peligro para la gente", advierte Alicia Santos. La Parroquia de Orlé ha pedido asesoramiento a la representación legal de la Federación de Parroquias Rurales de Asturias. El hórreo tiene dos propietarios. Una era una mujer ya fallecida, sin descendencia, que pasó un tiempo en el Adaro, "y ahora es del ERA", Establecimientos Residenciales Asturianos. El otro es un particular que según los vecinos "niega que sea de su propiedad". El resultado es el abandono del hórreo y su estado, a punto de derrumbarse."

"Nos hemos puesto en contacto con Patrimonio", expusieron los vecinos, "que nos dice que quien debe actuar es el Ayuntamiento. Éste dice que son los dueños, pero ellos no actúan. Algo hay que hacer para solucionar este problema", porque "si no se hace, puede ocurrir una desgracia".