Trajes tradicionales, el lavadero a pleno rendimiento y hasta el chigre del pueblo con una escena típica de costumbrismo. La localidad mierense de Baíña fue ayer el escenario de la última de las rutas guiadas que durante el verano, el Ayuntamiento de Mieres puso en marcha con el fin de potenciar el turismo en el municipio.

Laura Flores fue la encarga de guiar una visita en la que se recorrió la localidad acercando a los visitantes a la vida tradicional y sus peculiaridades en un enclave a medio camino entre lo rural y lo industrial. Los asistentes pasaron por las calles del pueblo para conociendo sus hórreos, el molino, el lavadero o el chigre. Los vecinos, entre ellos la presidenta de la asociación San Bartolomé, se caracterizaron y participaron en la teatralización de la ruta, dando vida a una visita con la que se cerró un programa estival que sirvió para descubrir muchos rincones del concejo de Mieres.