El presidente de Cruz de Asturias, José María Lana, tiene claro que "seguirá habiendo un incremento en la demanda" durante los próximos meses. La organización ha puesto todo de su parte desde el inicio de la pandemia. Incluso se creó un nuevo programa: "Cruz Roja Responde". El objetivo de esta iniciativa, sobre todo en auge durante el confinamiento, era ayudar a todos los que atravesaran un momento delicado por la crisis sanitaria del coronavirus. A todos y en todo: desde el pago de servicios como el suministro eléctrico o el gas, hasta el reparto a domicilio de alimentos y medicinas. Lo más llamativo de este nuevo programa de la entidad solidaria fue el cambio de perfil de los beneficiarios: principalmente acudieron a Cruz Roja familias jóvenes, con hijos, que nunca antes habían solicitado ayuda.

"Hablamos de parejas con hijos en las que trabajaban los dos y, de pronto, se vieron sin ingresos", destacó Lana. Algunos habían perdido sus empleos y otros esperaban por el pago de los ERTE: "Fue una situación muy difícil y ahora estamos preparándonos para la segunda ola", destacó el responsable de Cruz Roja.

Al cambio de perfil de los demandantes se sumó un cambio de perfil en el voluntariado: "Asturias es generosa y siempre responde", destacó Lana. Tras tener que retirar a muchos de sus voluntarios de la primera línea de trabajo, por superar los sesenta años y estar en el rango de riesgo ante posibles contagios de coronavirus, se presentaron para cubrir las vacantes cuatrocientas personas jóvenes: "Se encargaron, principalmente, del reparto a domicilio de productos de primera necesidad", señaló José María Lana.

Este servicio, el del reparto a domicilio, fue más solicitado por personas mayores y dependientes. "Lo principal era hacer llegar los productos de primera necesidad, también que se sintieran acompañados en todo momento durante el confinamiento". Un esfuerzo social que en municipios como Mieres y Langreo se vio reforzado por otras entidades, como Protección Civil.