Siete meses llevan paradas las conversaciones entre Asturias y León para acercar posturas sobre la unión de Fuentes de Invierno y San Isidro, y, esencialmente, con la llegada de la luz a la estación asturiana. Pero hasta la drástica aparición del coronavirus, las administraciones regionales de ambas provincias han dado pequeños pasos cara a acercar posturas para que en un futuro no muy lejano ambas instalaciones sean una, formando uno de los complejos invernales más importantes del país y el más fuerte de la cordillera Cantábrica.

La postura de la Diputación de León, que ahora gobierna el PSOE tras muchos años de ejecutivos del PP, ha flexibilizado sus exigencias en cuanto al pago de la línea por parte del Principado. Quizá que las dos administraciones tengan el mismo color político haya ayudado.

Durante la pasada legislatura, el entonces presidente de la Diputación, Juan Martínez Majo (PP), exigía al Principado el pago de 4,5 millones de euros para permitir que Fuentes de Invierno tuviera la conexión eléctrica con la línea de San Isidro. Esto correspondía a la contratación de tres megavatios de potencia para la estación asturiana, que para funcionar apenas necesita medio megavatio, lo que traducido en dinero sería poco más de medio millón de euros. Una postura inamovible por parte de León.

Ahora, con la llegada a los gobiernos de nuevos equipos negociadores y con el cambio de color del de la Diputación, esa condición parece haberse eliminado. Las conversaciones suspendidas por el covid-19 rebajaban notablemente las cantidades exigidas. Eso sí, aunque se llegase a un acuerdo, por parte del Principado de Asturias todavía quedaría una parte importante por llevar a cabo: las obras físicas para conectar la estación de Fuentes de Invierno a la de San Isidro.