"La pitada se oía desde Canzana". Con estas palabras, la presidenta de la asociación de autónomos de Laviana (Aulav), Rocío Estepa, explicaba la repercusión que tuvo la protesta que ayer encabezaron los comerciantes y hosteleros del concejo. Su principal queja es la gestión que se ha hecho de la alerta naranja en el municipio, sin ayudas para el pequeño y mediano empresario, mientras que las ventas han bajado a límites "insospechados". En algunos casos, se habla de hasta el 98% de descenso.

La protesta pretendía que los comerciantes y hosteleros parasen su actividad durante diez minutos, cada dos horas, comenzando a las doce del mediodía. Y no sólo eso, que saliesen a la puerta de sus establecimientos con silbatos y tarjetas negras en señal de protesta. Así fue, a las doce comenzaron los pitidos, que se escucharon en toda La Pola e, incluso, fuera de la localidad, como apuntaba la presidenta de Aulav. De momento ya han conseguido que el Ayuntamiento de Laviana organice la semana que viene un pleno monográfico "donde nos podrán escuchar, pretendemos obtener el respaldo de todos los grupos municipales", explicó Estepa.

No será la única medida, también han solicitado a la delegación de Gobierno la organización de una manifestación o concentración de protesta. La presidenta de Aulav aseguró que "nuestra intención es realizarla a finales de mes, y queremos que se sumen también los compañeros de Langreo y San Martín del Rey Aurelio. Y es que la situación es grave". Así lo atestiguaba Diana Fernández, que regenta una farmacia: "Estamos parados y sin ayudas, el comercio local está acabando". Ana Díaz, que abrió recientemente su negocio en Laviana, aseguraba que "a la gente le cuesta entrar en la tienda, hay miedo". Por su parte, la comerciante Sandra Alonso, resaltó que "perdemos dinero porque no vendemos, por eso reclamamos una serie de ayudas económicas".

Para Andrea López, "no pensaron en los comercios ni en la hostelería, y esto pegó un bajón horrible, tendrán que darnos alguna solución". Mónica García, hizo hincapié en esta última cuestión porque "se notó mucho el bajón en venta y en todo". Algo que corroboraron Mónica Varela y Marisa Olmo. Esta última resaltó que "no estamos facturando nada, pero las facturas siguen llegando".