El mierense que anteayer ensartó su coche contra un quitamiedos en la carretera general de Turón conducía bajo los efectos del alcohol y tenía el permiso de conducir retirado. Además, abandonó el vehículo tras el siniestro, dejándolo incrustado contra la valla protectora. Lo hizo no sin antes intentar liberar el turismo, con sus propias manos, de la enorme varilla metálica que sobresalía varios metros por la luna trasera, proceder que da muestras del estado de embriaguez y limitación de raciocinio del jubilado, de unos 65 años de edad.

El accidente se produjo sobre la dos y media de la tarde. A esa hora el turismo accidentado transitaba por la carretera de Turón, ya muy cerca del pozo La Rebaldana. Un turismo lo precedía. El conductor de este segundo vehículo sostiene que por el retrovisor se percató de que el coche que lo seguía iba "dando bandazos", de un carril a otro de la calzada. Inicialmente, explica este testigo, pensó que lo que intentaba su perseguidor era adelantar, pero casi de inmediato intuyó que el conductor debía de ir bebido.

El accidente se produjo nada más pasar el cruce de acceso al colegio Vega de Guceo. De manera incompresible, el conductor se empotró contra el quitamiedos, de tal forma que la hoja metálica se introdujo en el vehículo ensartándolo por completo. Varias personas acudieron de inmediato a ofrecer ayuda. Comprobaron aliviados que nada le había pasado al único ocupante del vehículo. Ahora bien, la incredulidad ante lo acontecido fue coincidente y unánime. Y es que el cuadro que dejó el accidente fue pintoresco: "Si le das a Fernando Alonso un coche y le pides que consiga atravesar el quitamiedos por el habitáculo no lo conseguiría ni con un millar de intentos", apuntaba ayer un vecino de la zona que no salía de su asombro. Lo que define la acción del conductor del coche accidentado en Turón no es la destreza, sino la irresponsabilidad, según resaltan los vecinos de Turón. Cuando llegó la Guardia Civil al lugar del siniestro, el implicado ya no estaba. Había cogido las bolsas de la compra que llevaba en el maletero y se había marchado andando a casa.

Los agentes lo localizaron un buen rato después. Dio positivo en el control de alcoholemia, siempre según las fuentes próximas a la investigación consultadas por este diario. Los agentes de Tráfico también constataron que el hombre tenía el permiso de conducir retirado. Fue denunciado por todo ello y puesto a disposición judicial.

Vecinos y testigos de lo sucedido aseguraron ayer que el accidente bien pudo acabar en tragedia. Cuesta creer que alguien pueda conducir en semejante estado de embriaguez a las dos de la tarde por una zona donde pasa el transporte escolar". También sorprende que el conductor acabara sin un rasguño. La barra entró por el frontal del copiloto, lo que permitió al único ocupante del vehículo salir ileso, aunque se libró del impacto por centímetros. El fuerte golpe destrozó el capó delantero y el turismo avanzó varios metros como si fuera por un raíl, hasta detenerse finalmente. El coche permaneció durante gran parte de la tarde en el lugar, hasta que pudo ser desanclado. La circulación, con todo, no se vio alterada significativamente.