Un desaprensivo parece haber confundido el albergue de perros de Mieres con un vertedero para animales muertos. Los vecinos de la carretera del Requintín, situada en las inmediaciones de la citada instalación municipal, están sufriendo una insospechada molestia. En poco más de un mes han aparecido en el mismo punto los cadáveres de un cordero, una cabra y una oveja. Los cuerpos fueron abandonados en la orilla del camino a Roiles, sin ninguna identificación y sin aparentes signos de haber sido atacados por otros animales.

Los vecinos de las viviendas próximas al lugar han denunciado los hechos ante la Policía Local y el servicio de protección de la naturaleza de la Guardia Civil (Seprona). Se quejan de la inquietud que les genera el constante goteo de animales muertos, pero sobre todo de la incomodidad que supone tener despojos de animales en descomposición a pocos metros de sus casas. Y es que los cadáveres tardan varios días en ser retirados.

"El problema es que los trabajadores del albergue de animales, pese a la proximidad, nos dicen que ellos no actúan mientras no reciban una indicación de la Policía Local", explica J. F. G. uno de los mierenses que reside en las proximidades.

El primer animal muerto apareció hace poco más de un mes. Era un cordero, que fue encontrado ya en un avanzado estado de descomposición. Posteriormente, hace dos semanas, fue una cabra lo que encontraron los vecinos. El cuerpo fue retirado por la Policía Local tras una espera de cuatro días, apuntan los vecinos. El pasado martes, una oveja fue hallada en el mismo lugar. "Aparentemente los animales no presentan daños físicos, pero al no tener crotales no se puede identificar y localizar a los dueños".

Los vecinos no entienden que el Ayuntamiento tarde un mínimo de cuatro días en retirar a los citados animales de la vía pública: "Resulta muy incomodo tener que convivir durante semanas con esta situación", apuntan: "Nosotros tenemos animales, como perros, gatos y también ganado, y tenemos que estar alerta para que no se acerquen". En el caso de la oveja encontrada esta semana, la retirada se ha complicado debido a que el cadáver atrae a una gran cantidad de avispas asiáticas, por lo que el protocolo habitual, ya bastante lento, se ha ralentizado aún más.

Los vecinos subrayan que el camino en el que están apareciendo los animales muertos es un paso muy concurrido, ya que forma parte de un itinerario habitual de senderistas y ciclistas, además de ser utilizado por los residentes en la zona: "Es frecuente que haya niños en los alrededores", indican. Piden al Ayuntamiento más vigilancia y, sobre todo, celeridad para retirar los cuerpos.