Las viejas escuelas de Urbiés llevan cerradas ya unos 30 años. El edificio presenta un avanzado estado de deterioro. Los vecinos alertan de que el riesgo de desprendimiento de materiales supone una amenaza y denuncian la insalubridad que genera el inmueble, con presencia de grandes ratas y culebras. Este pueblo turonés pide que el edificio sea restaurado o, en caso de desestimarse una actuación urgente, se aborde su derribo.

"Nadie ha mirado en lustros para el edificio y ha llegado un momento en que supone una amenaza", explican los vecinos de Urbiés. Apuntan que el tejado se encuentra muy deteriorado: "Justo al lado hay una zona de aparcamiento y los que residimos en el entorno ya hemos optado por no usarlo debido a que han caído varias tejas sobre los coches". Consideran que existe un riesgo real de que alguien pueda resultar herido.

Las escuelas cerraron a principios de los noventa y, durante un tiempo, fueron utilizadas para impartir clases de gimnasia de mantenimiento. "Poco a poco las instalaciones se fueron deteriorando hasta que se cerraron y, a partir de ese momento, el deterioro se aceleró aún más". Los vecinos señalan que del interior del inmueble salen "ratas como gatos". Ya han tenido también que tratar con alguna culebra. "Ha llegado un momento en el que ya no podemos ni utilizar la zona verde que se encuentra en las inmediaciones y que tampoco se atiende, salvo que la desbrocemos los propios vecinos, como ya hemos hecho en ocasiones".

En Urbiés son realistas. Piden la rehabilitación de las antiguas escuelas para darles un uso social. Ahora bien, asumen que el deterioro del edificio puede hacer inviable el proyecto: "Entendemos que sanear el edificio puede resultar muy caro a estas alturas". En ese caso, la comunidad subraya que el Ayuntamiento debe actuar igualmente: "Si no hay rehabilitación, la estructura debe derruirse".

Dirigentes del PP de Mieres visitaron recientemente las viejas escuelas de Urbiés. Constataron su mal estado y plantearán en el Ayuntamiento algún tipo de actuación. Los populares señalan que los carteles de prohibido el paso colocados en varios puntos del edificio no son una medida suficiente.

El problema es que el Ayuntamiento de Mieres tienen actualmente abiertos más de un centenar de expedientes de edificios en ruina. La edil responsable del área de Urbanismo, Delia Campomanes, ya explicó en su momento que el objetivo del gobierno local es seguir agilizando los procedimientos de derribos dentro del plan municipal impulsado ya en 2018, que prioriza las actuaciones en función del riesgo de derrumbe. El gobierno local quiere agilizar, al menos en parte, el farragoso procedimiento que debe seguirse cada vez que tiene que contratar una de estas actuaciones. Así, los planes municipales pasan desde hace tiempo por unificar todos los proyectos y ponerlos en manos de una misma empresa especializada.

El Ayuntamiento de Mieres está tenido desde hace tiempo que redoblar sus esfuerzos para garantizar que el estado ruinoso de mucha casas genere problemas de inseguridad. La concejalía de Desarrollo Urbano Sostenible realizó el año pasado un total de 6 derribos por ejecución sustitutoria con una inversión próxima a los 130.000 euros.

Las citadas actuaciones de ejecución sustitutoria se llevan a cabo después de hacer siempre varios requerimientos de forma oficial a las personas propietarias de los inmuebles y edificios.

Desde hace dos años se vienen abordando continuas actuaciones de calado. A finales de 2018, se derribaron tres inmuebles, en Carrión, La Rebollá, y otro en Vegadotos. Estas intervenciones tuvieron continuidad en 2019 hasta un gasto de 133.000 euros.

El gobierno local duplicó la partida presupuestaria prevista para este tipo de actuaciones, destinando este año para este fin 200.000 euros anuales, "con el objetivo de poder actuar evitando situaciones de riesgo y afrontando los problemas de salubridad que este tipo de edificios e inmuebles pueden causar".

El PP subraya que el aumento de la presión sobre las propiedades privadas debe ir acompañado por actuaciones en los edificios de titularidad municipal que, como sucede con las escuelas de Urbiés, sufren un constante deterioro por falta de mantenimiento.