Lleva toda su vida laboral dedicada a la investigación de la captura y almacenamiento de dióxido de carbono. Pura poesía -poesía científica- para una lenense de familia minera. Susana García López (Pola de Lena, 1977) acaba de recibir el "Premio Talento Emergente SRUK/CERU 2020", que otorga cada año la Sociedad de Científicos Españoles en Reino Unido. "Todo un honor", afirma, para ella y su equipo. Competían un total de veinticuatro candidaturas, todas de muy alto nivel. Bien merecido lo tiene: tras licenciarse como ingeniera química por la Universidad de Oviedo y hacer una tesis doctoral en la Universidad de Nottingham, se unió al Instituto de Ciencia y Tecnología del Carbón (INCAR-CSIC) en España. Volvió a Reino Unido y, actualmente, es profesora titular en el departamento de Ingeniería Química de la Universidad Heriot-Watt de Edimburgo. Ha sido nombrada directora asociada en el Centro de Investigaciones de Soluciones para el Carbono (Research Centre For Carbon Solutions, RCCS).
- ¿Por qué ha desarrollado la mayor parte de su carrera en Reino Unido?
-Inicialmente fue, como muchísimos jóvenes en mi misma situación, para mejorar mi inglés. Reino Unido era estupendo porque estaba cerca. A mí, además, me atraía de siempre Londres. Bueno, una serie de cosas hicieron que me trasladara. Quise irme, conocer mundo. Mi generación tenía claro que era fundamental dominar el inglés y mi profesión lo requería.
-¿ Cómo valora la situación de los investigadores en España?
-Creo que toda la comunidad científica está de acuerdo en que el sistema español es manifiestamente mejorable. Es un mundo complicado, difícil. Ser científico en España, actualmente, es difícil. El sistema es muy burocrático y da pocas opciones a hacer carrera científica. Cuando me fui a Escocia no fue porque no tuviera trabajo en España. Lo tenía y, además, estaba muy contenta formando parte de un grupo pionero e internacionalmente reconocido en mi campo (trabajaba en el INCAR). Pero había demasiadas limitaciones e incertidumbres. Lo que te ofrece el sistema español, hablando claro, es "pan para hoy y hambre para mañana".
- Es de familia minera, nació en Pola de Lena. ¿Ha influido su origen en el campo en el que ha centrado su carrera?
-Digamos que, cuando empecé mi tesis, fue una coincidencia. La captura de CO2 ya era un tema en alza entonces y fue una coincidencia que empezara a investigar en este campo. Pero lo cierto es que yo, al haber crecido en la cuenca minera, he estado muy familiarizada siempre con los problemas asociados al carbón. Cuando lo descubrí más en profundidad, el almacenamiento y la captura de CO2 fue un tema que me apasionó.
- ¿Piensa que el presente de las Cuencas sería distinto si se hubiera invertido más en la investigación de la captura de CO2 y de las energías limpias?
-Creo que esto que me pregunta es claramente un tema político. Por lo que se apuesta o por lo que no, en mi opinión personal, es un tema político. No es, desafortunadamente, una cuestión de lo avanzada o no que esté la ciencia. La capacidad tecnológica, científica e innovadora de España es un factor clave para hacer frente, no solo al gran problema que suponen nuestras emisiones de CO2 a la atmósfera, sino también a los grandes retos globales de nuestra sociedad actual. Son la base imprescindible para generar conocimiento, riqueza y bienestar. Este es un tema peliagudo porque nosotros los científicos solo exponemos los datos que conocemos y descubrimos. En ningún caso tomamos decisiones. Idealmente, los poderes políticos deberían basar sus decisiones en las evidencias que proporciona la ciencia.
- ¿Cuál es el mayor reto al que se enfrenta la captura y el almacenamiento de CO2?
-Uno de los mayores retos ahora mismo es el coste. Las tecnologías que se están investigando para la captura de CO2, en muchos casos, ya están probadas. Pero la cantidad de CO2 que se emite es mucha y la aplicación de la tecnología a la escala que se necesita requiere de inversión y financiación. Además, el precio que se paga por emitir CO2, a día de hoy, es muy bajo. No hay claramente un incentivo económico que haga atractiva la tecnología para las industrias.
- ¿Están en mejor situación otros campos de investigación?
-Hay un montón de ejemplos en los que los gobiernos han apostado por energías limpias o por otras tecnologías, se han puesto en marcha muchos incentivos, y en poco tiempo han avanzado mucho. No ha pasado lo mismo con la captura y almacenamiento de CO2. Todavía falta mucha inversión y mucho apoyo para conseguir reducir las emisiones a la atmósfera. No nos podemos olvidar de que esta es una tecnología pensada para facilitar la transición energética.
-¿A qué se refiere?
-El problema es el siguiente. Los sistemas energéticos dependen, actualmente, en un ochenta por ciento de combustibles fósiles. A día de hoy y en el corto plazo, eso es algo que no se puede suministrar con energías renovables. Lo que se intenta en captura y almacenamiento de CO2 es facilitar la transición hacia un futuro energético sostenible de una forma limpia.
-¿Bastaría con más inversión en la captura de CO2 para alcanzar esa ansiada transición limpia?
-La mayoría de los científicos pensamos que una tecnología sola no soluciona este problema. Hace falta un abanico de tecnologías. Dependiendo de muchos factores, habrá tecnologías más favorables para una determinada localización y otras tecnologías para otras. Tenemos que tener un abanico de opciones. No hay que ser defensores a ultranza de una única tecnología y reconocer que toda la ayuda que se pueda conseguir es necesaria.
-¿Cómo se siente tras recibir este galardón de la Sociedad de Científicos Españoles en Reino Unido?
-Muy orgullosa y muy contenta por haber sido elegida entre todas las candidaturas que representan a la comunidad científica española en Reino Unido, tan numerosa y talentosa. Me llena de orgullo. Estoy muy contenta por el reconocimiento al trabajo que hacemos mi equipo y yo. Es un reconocimiento para todos.
