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Las medidas contra el covid reducen el resto de las infecciones entre los ancianos

El geriátrico de Felechosa atribuye a la potenciación de la higiene y a los nuevos hábitos una bajada del 60% en las enfermedades comunes

Trabajadores de la residencia del Montepío, junto a uno de sus usuarios, con una terapia respiratoria.

El 2020 será el año del coronavirus. Una pandemia que llegó como un huracán, segando miles de vidas y obligando a la sociedad a cambiar sus hábitos para tratar de erradicar al "bicho". Han pasado más de siete meses desde que el Gobierno decretase el Estado de Alarma y confinase a la población. Siete meses de recalcar medidas de higiene y de distancia social. Con este panorama es complicado sacar algo positivo de la pandemia, y más si se intenta hacer hablando de una residencia de mayores, uno de los puntos más vulnerables y afectados por el covid. Sin embargo, en Felechosa, el geriátrico del Montepío, sí está pudiendo extraer ciertos aprendizajes que valdrán para el futuro. En estos siete meses, se mantienen, de momento, como un lugar "covid free", sin haber tenido hasta ahora, ningún contagio. Pero no solo eso: las medidas especiales de higienización y de desinfección han conllevado un descenso importante de las enfermedades infecciosas en los residentes, de más del 60%. Hay costumbres que han llegado para quedarse.

Raquel Villa Posada es la directora del geriátrico allerano, donde llegaba a mediados del verano procedente de una empresa también vinculada a la sanidad, como es Transinsa. Explica que "sin duda, las medidas higiénicas que se han tomado para prevenir los contagios de covid han redundado positivamente en la salud de nuestros residentes". Y por eso, cree que en el futuro, una vez que haya vacuna y el coronavirus ya no forme parte del día a día, habrá ciertos protocolos que se vayan a quedar.

Es el caso de los geles hidroalcohólicos repartidos casi a cada paso del geriátrico allerano: "es algo que ya se ha interiorizado, tanto por parte de los trabajadores como por parte de nuestros residentes, y esa desinfección y lavado de manos frecuente es una de las causas de la reducción de enfermedades infecciosas", apunta la directora de la residencia del Montepío.

Esta incidencia se respalda con datos médicos de los usuarios del centro. El más llamativo, quizá, es que se han reducido las infecciones de orina en un 60% respecto al mismo periodo de años anteriores. Pero no solo eso. Explican desde el geriátrico allerano que las gastroenteritis, otra de las enfermedades comunes: desde marzo pasaron de ser un brote de aparición frecuente, que además afectaba a gran parte de los residentes, a tener casos aislados, que en todo caso no afectan a más de tres o cuatro personas.

Muchos de los residentes del Montepío en Felechosa son exmineros, por lo que las enfermedades respiratorias son, no solo comunes y frecuentes, sino también más virulentas. Pues bien, desde la puesta en marcha de las medidas derivadas de la pandemia de covid, ese impacto se ha reducido. Durante los cuatro primeros meses del confinamiento, no hubo patologías de este tipo ni reagudización de las enfermedades que ya tenían los usuarios. Y después, cuando se permitieron las visitas y salidas, se han producido pequeños casos, pero sin episodios graves como anteriormente. Estos son solo algunos de los ejemplos que ponen los doctores Jessica Zabala y Jorge McPhail, que son los encargados de velar por la salud de los residentes del Montepío en Felechosa.

La directora señala que "es cierto que con la llegada del covid se han seguido protocolos muy estrictos, y que se ha reforzado el servicio de limpieza". Medidas que unidas a otras como la sectorización de los residentes, el buen uso de los equipos de protección individual (epis), las mascarillas, y los puntos de desinfección, han permitido al geriátrico seguir libre del virus.

Pero, ¿qué medidas se van a quedar? Raquel Villa Posada entiende que no todo es viable de cara al futuro. "Los geles y el refuerzo en el servicio de limpieza, especialmente en zonas específicas como pasamanos, tiradores, botones de ascensores..., sí que seguramente se mantengan en el tiempo", apunta. Las mascarillas serán, por ejemplo, objeto de más debate y análisis. "Es cierto que por un lado tienen impacto positivo en la salud, pero también tenemos que pensar en la humanización del trato con nuestros residentes, y es muy importante sonreír y hacerse entender, y la mascarilla lo complica", explica. Habrá debate.

El resto de situaciones son menos viables en el tiempo. Y eso que los residentes se han adaptado bien a las medidas de sectorización, a los confinamientos... "Son un ejemplo para toda la sociedad. Creo que los mayores y los niños son los que mejor están llevando todo esto, y solo esperamos que acabe cuanto antes para normalizar cuanto antes sus vidas", apuntó la directora de la residencia del Montepío, que aunque sabe que es extremadamente difícil, toca madera para que el geriátrico "La Minería" siga siendo para siempre un equipamiento "covid free".

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