Ciencia ciudadana. Así definió ayer el rector de la Universidad de Oviedo, Santiago García Granda, el programa pionero de investigación desarrollado en Mieres y que se ha centrado en la búsqueda de restos de coronavirus en todo tipo de superficies. Los responsables de la iniciativa de rastreo mediante la colaboración de voluntarios sin experiencia académica hicieron público los resultados. La bióloga Alba Ardura confirmó que no se localizó presencia de virus en las 140 muestras recogidas en el mes de julio. Esa es la conclusión, aunque la investigadora hizo matizaciones.

"Hemos detectado trazas de material genético, pero no podemos, según los criterios diagnósticos de la Organización Mundial de la Salud, confirmar que se trate de covid-19", señaló ayer Ardura, durante el acto de presentación de los resultados. "Se establece que tiene que haber dos genes con amplificación de PCR y solamente hemos detectado trazas de uno en algunas muestras". Con todo, la conclusión que sacan los expertos es que no se encontraron restos.

Santiago García Granda tildó de "tranquilizadores" los resultados del estudio que convirtió a Mieres este verano en un laboratorio de rastreo. Los análisis de las 148 pruebas recogidas tanto en el casco urbano de Mieres como en Urbiés se analizaron en un laboratorio del edificio de investigación del campus de Barredo. Una de las singularidades del proyecto es que ha contado con la colaboración de casi medio centenar de voluntarios, que se encargaron en su momento de la recogida de muestras y colaboraron luego en los análisis. El Rector lo destacó: "El compromiso de la ciudadanía y su propia participación en los procesos científicos debe ser un instrumento eficaz, favoreciendo la búsqueda de información contrastada".

Alba Ardura también resaltó la necesidad de apostar por el rigor científico ante una doble ola, la sanitaria y también la informativa: "Esto es una carrera de fondo y los investigadores vamos un poco por detrás del virus, porque muta muy rápido". Valoró la información recogida a través del proyecto desarrollado en Mieres, pero asumió un cierto grado de pesadumbre: "La cuestión es que está pasando ahora, ya que cuando se recogieron los datos la incidencia de la pandemia era muy baja. Nos gustaría poder evaluar ahora". De momento, no será posible: "El problema es simplemente económico. Tenemos las herramientas y sabemos hacerlo con total rigor, pero todo tienen un coste", indicó Alba Ardura.