La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Un campus “fallido” y la falta de empleo abonan el pesimismo juvenil en Mieres

Los jóvenes del concejo, cada vez menos numerosos, perciben que deben emigrar para aspirar a un proyecto de vida: “Lo tenemos claro”

Un grupo de alumnos del IES Sánchez Lastra, ayer, frente al centro formativo. | Jandro Rodríguez

José Luis Ballesteros, a la izquierda, y José Antonio Díaz, ayer, en la vieja estación del Vasco. | Jandro Rodríguez

La llama que Víctor Hugo afirmaba que ardía en los ojos de cada joven con esperanzas tiende a mortecina en Mieres. El primer problema es que hay pocos jóvenes en el municipio; el segundo, que carecen de certidumbres. Adolescentes que actualmente tienen entre 15 y 17 años coinciden, en líneas generales, al plantear sus demandas para que en sus miradas pueda haber algún destello de optimismo. Reclaman un campus universitario con más titulaciones, más actividades lúdicas y culturales pensadas para ellos y, sobre todo, oportunidades laborales para no verse obligados a emigrar necesariamente en busca de trabajo.

Un nutrido grupo de alumnos de segundo de bachillerato del IES Sánchez Lastra retrata sin titubeos el pesimista contexto que les envuelve: “La mayoría tenemos más o menos claro que deberemos irnos a trabajar fuera del municipio, incluso de la región, si queremos aspirar a una vida con ciertas ambiciones profesionales”, apuntan. Los jóvenes que ya rondan los 30 años perciben la situación en los mismos términos, aunque en su caso ya se han tenido que enfrentar con la dura realidad: “En mi caso concreto he tenido suerte y he logrado trabajo aquí, pero son muchos los que se han tenido que marchar o conformarse con un empleo de mala calidad”, apunta Xara Traviesa, presidenta de la Plataforma Juvenil de Turón, posiblemente el movimiento juvenil más activo del municipio: “En el valle hemos asistido al fracaso del polígono de La Cuadriella y, por desgracia, el campus de Mieres está lejos también de cumplir con las expectativas”.

Las quejas sobre el campus son algo generalizado entre los jóvenes: “Mieres necesita muchas más titulaciones con salida laboral. De esta forma tendríamos un abanico más amplio de posibilidades y rentabilizaríamos la fallida inversión que se hizo en su momento”, apunta la bachiller Covadonga García.

Los jóvenes perciben que no se cuenta con ellos y que sus inquietudes han quedado relegadas. Además de poco influyente, son un colectivo con cada vez menos peso demográfico en Mieres. Se han convertido casi en una especie en vías de extinción. El censo del concejo retrata con claridad la situación. Ya hay casi tantos mayores de 80 años en Mieres como jóvenes menores de edad. La población menor de 18 años apenas recoge al 10% del total, con 4.072 residentes. En el otro extremo, la ancianidad pesa casi tanto como la niñez y adolescencia juntas. En Mieres había el año pasado 1.648 personas enmarcadas en la franja que va de los 80 a los 85 años. Por encima de esta edad, el padrón cuenta otros 2.297 vecinos. Es decir, en el municipio residen 3.945 personas que superan los 80 años.

Sin oportunidades

Los que ya han gozan de la jubilación empatizan con los más jóvenes, que no dejan, en general, de ser sus nietos: “Las decisiones que tomamos asumiendo el cierre de la minería a cambio de prejubilaciones nos está pasando factura ahora y hemos dejado a las nuevas generaciones con muy pocas oportunidades”, señala José López, minero jubilado de Hunosa. También exminero, aunque en este caso de una explotación a cielo abierto leonesa, es José Antonio Díaz: “Es normal que los jóvenes hayan perdido la ilusión. No hemos apostado por los parques tecnológicos y el proyectado para Figaredo lleva años parado. Y, mientras, la juventud se ve empujada a marchase”.

En este escenario, la media de edad de los mierenses ya está en 50 años. Lo jóvenes son cada vez menos y el concejo no los consigue retener.

Compartir el artículo

stats