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Los vecinos piden aprobar el plan gestor de las Ubiñas tras cuatro años de espera

El TSJA tumbó el último instrumento de gestión en 2016 y el cuidado del espacio está ahora “en manos de la buena fe de la gente”, aseguran

Los vecinos piden aprobar el plan gestor de las Ubiñas tras cuatro años de espera

“De parque natural, ahora mismo, solo tenemos un par de carteles”. La paciencia de los vecinos del parque natural de las Ubiñas-La Mesa se está colmando. El espacio protegido lleva cuatro años sin un Instrumento de Gestión Integral (IGI), el documento que recoge la normativa para el correcto aprovechamiento y el cuidado de los recursos en la zona. “Su mantenimiento está en manos de la buena fe de los vecinos”, afirmó la portavoz vecinal del parque en la vertiente lenense, Auri Villar.

Porque escrito, no hay nada. Según Villar: “No existe un documento que señale las zonas especialmente protegidas en las que, por ejemplo, no podría construirse una pista forestal”. “Tampoco una normativa clara que facilite la labor de los muchos profesionales del sector primario con pastos en el espacio protegido”, añadió la portavoz vecinal. Las licencias para arreglos de viviendas se eternizan, van de mesa en mesa, para encontrar un encaje que permita las actuaciones adecuadas a una serie de normas que no están reflejadas oficialmente.

Y no es algo nuevo. Para entender la problemática del parque de las Ubiñas hay que remontarse al año 2016. Fue entonces cuando se aprobó el último IGI, que sustituyó a otro documento tumbado en los tribunales. La nueva normativa no corrió mejor suerte: la parroquia de Páramo volvió a llevarlo al Juzgado y el Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA) admitió parcialmente las reclamaciones de los demandantes. La sentencia hizo especial hincapié en la falta de una memoria económica. En principio, parecía un trámite fácil de arreglar.

Solo en principio porque, cuatro años después, el nuevo IGI aún no se ha aprobado. “No tenemos ninguna noticia de los responsables regionales desde hace meses”, reconoció Auri Villar, que añade que la paciencia de los vecinos “está al límite”. “Tememos que esta falta de atención por parte de la Administración derive en un perjuicio para la riqueza natural de nuestro entorno”.

Hubo algunas noticias sobre el nuevo documento. Y fueron buenas. Los responsables regionales informaron a la mesa del parque natural de las Ubiñas de que se cerraría del todo la puerta al paso de una línea de alta tensión por el espacio natural. Extremo que no recogía el IGI que tumbó el TSJA. También anunciaron que se permitiría la acampada en el espacio protegido, bajo una premisa inamovible: que las tiendas se monten al anochecer y se recojan cuando salga el sol.

Y otra novedad para los ganaderos. El nuevo IGI recogerá la figura del “perro guardián”. Hasta ahora, los documentos prohibían perros sueltos en el parque, medida que entorpecía la labor del sector porque impedía la tenencia de mastines guardianes. En este punto, los vecinos reclamaron una normativa específica para que los turistas y visitantes no puedan “domesticar” a los perros guardianes cuando son cachorros. “Son animales que tienen que cumplir una función cuando crezcan, y de nada sirve un perro guardián que no ladra cuando ve a las personas o a otros animales”.

“Totalmente a la deriva”, dicen sentirse los vecinos del espacio protegido. Reconocen, eso sí, que el Principado toma medidas extraordinarias cuando la situación lo requiere. Un ejemplo: el cierre de pasos o caminos cuando una osa está hibernando con sus crías. “Pero poco más se ha hecho en estos años”, concluyen.

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