La noche era fría, apenas diez grados de temperatura, y por la cercana autovía del Nalón –toque de queda mediante– casi no pasaban coches. El Centro de Referencia Estatal para Personas con Discapacidades Neurológicas (Credine) –que desde marzo se emplea para atender a pacientes de covid que no están graves, principalmente enfermos mayores procedentes de geriátricos– respiraba la misma quietud que el resto del distrito langreano de Barros. Una noche más dentro del vanguardista equipamiento, un mastodonte de grandes estancias acristaladas y revestimientos de acero corten enclavado entre prados y naves industriales abandonadas. Una noche más hasta que se desató la vorágine.
Un incendio declarado en un vehículo estacionado en el aparcamiento subterráneo obligó a activar en cuestión de minutos un nutrido dispositivo de sanitarios, bomberos y policías para poner a salvo a los 74 enfermos ingresados. Finalmente, todo quedó en un susto y solo tres personas resultaron afectadas, según indicaron ayer fuentes sanitarias. Una trabajadora fue atendida por inhalación leve de humo y dos pacientes tuvieron que ser trasladadas al Hospital de Riaño. Una de ellas, con un golpe en la nariz que se produjo en la evacuación (ayer ya fue dada del alta y regresó al Credine) y otra que se sintió indispuesta y que seguía en observación en el complejo hospitalario comarcal.
Todo empezó a alrededor de las 22.46 horas del jueves, el momento en el que los bomberos recibieron el primer aviso. El fuego, que calcinó un turismo, generó una intensa humareda que se propagó con rapidez por parte de las instalaciones. Fueron los momentos de mayor tensión, ya que todavía se desconocía el alcance de lo sucedido. Algunos de los pacientes comenzaron a ser evacuados a la calle en sus camas y en sillas de ruedas, arropados con mantas, mientras los bomberos se afanaban por ventilar los espacios afectados. Las camas comenzaron a acumularse en la explanada del complejo, aunque solo por unos pocos minutos. En cuanto fue seguro, los sanitarios, de nuevo en un tiempo récord, volvieron a meter dentro a los enfermos, casi todos ellos personas mayores, en habitaciones que no se habían visto afectadas por el humo.
Fuera de servicio
Hasta la zona fueron llegando algunos sanitarios fuera de servicio para interesarse por lo sucedido y ofrecerse a colaborar. También acudieron la directora del Sespa, Concepción Saavedra, y la alcaldesa de Langreo, Carmen Arbesú, que siguió desde el acceso al complejo la evolución del operativo. “Parece que todo ha quedado en un gran susto. La intervención de los equipos de emergencia ha sido rapidísima”, indicaba Arbesú tras recibir los primeros informes, acompañada en todo momento por el primer teniente de alcalde, Javier Castro.
A pesar de que el fuego se dio pronto por controlado, todavía se vivieron momentos de confusión, ya que durante unos minutos llegaban informaciones contradictorias sobre si sería necesario o no trasladar a los pacientes a otros centros sanitarios. Comenzaron a llegar entonces numerosas ambulancias que coparon la explanada interior y parte de la carretera de acceso. Se vivieron de nuevo momentos de agitación, con sanitarios corriendo por dentro de las instalaciones para preparar un hipotético traslado que finalmente no se llegó a producir.
Tras ventilar el lugar con tres equipos de gran capacidad, los bomberos fueron realizando mediciones por toda la zona para asegurarse de que la situación estaba totalmente controlada. A las 00.58 horas, parte de las dotaciones regresaron a sus respectivas bases. En la instalación permanecieron, hasta las 01.43 horas, bomberos del parque de San Martín del Rey Aurelio realizando tareas de vigilancia hasta que los responsables del centro les indicaron que estaba todo en orden.
El incendio solo afectó a un vehículo. Había otros veinte dentro, pero se fueron sacando. Fuentes sanitarias indicaron que el centro está plenamente operativo y que solo queda limpiar restos de suciedad y hollín.
