Adiós a un lugar emblemático de Langreo. Adiós al edificio del café Toniher, situado a la entrada de Sama. Las máquinas iniciaron las labores de derribo del inmueble, declarado en ruinas, en la mañana de ayer. Para muchos es el final de un lugar que fue referencia durante décadas en el municipio. Para todos, su desaparición cambiará “la cara” que recibe a los que llegan al distrito de Sama. Las labores requieren de una regulación del tráfico en la zona, para asegurar que los trabajos transcurran con normalidad.

El Ayuntamiento de Langreo había anunciado ya, el pasado mes de octubre, que los permisos para acometer el derribo estaban prácticamente listos. Entonces, señalaron que solo estaban pendientes de una licencia regional para la retirada de fibrocemento. La empresa Excavaciones Allende y Jardinor fue la adjudicataria de los trabajos, cuyo presupuesto es de 26.450 euros.

Y otro paso. El Consistorio también tuvo que cerrar un plan de tráfico, ya que el inmueble se encuentra justo a la entrada del distrito de Sama desde el Corredor del Nalón (en sentido Riaño-Pola de Laviana). Se trata del inmueble número 9 de la avenida de la Constitución. Por el momento, el tráfico está siendo regulado mediante cortes puntuales.

El deterioro del edificio del café Toniher ha sido paulatino e imparable. Hace unos meses, la parte trasera de la fachada sufrió varios desprendimientos. Esos hundimientos afectaron, incluso, a la cubierta del almacén de una empresa próxima.

El Ayuntamiento de Langreo consignó en Pleno una partida de 70.000 euros para acometer la demolición de forma subsidiaria, en caso de que los propietarios no asumiesen las tareas de derribo del inmueble. Y esta ha sido, finalmente, la fórmula que se ha puesto en marcha para derribar la emblemática construcción del centro del distrito.

Estas labores de demolición no estaban incluidas en el plan de derribos que proyectó el Ayuntamiento de Langreo. A pesar de que el edificio del café Toniher había sido declarado ya hace unos años en ruinas, por los relativamente frecuentes problemas en la fachada y en la cubierta. De hecho, vecinos de la zona llegaron a denunciar públicamente que el inmueble suponía un foco de inseguridad e insalubridad por su estado de abandono.

Triste final para uno de los lugares de referencia entre la hostelería del municipio. Adiós al olor del humeante café que tantos corrillos sentó en las mesas del Toniher. Las puertas del que fue establecimiento hostelero, así como el portal de acceso al inmueble, permanecían desde hacía años tapiadas. El patio de la terraza estaba totalmente tomado por la maleza. Mientras se tramitaba el derribo subsidiario, el Ayuntamiento actuó de forma preventiva: en la fachada de la construcción se colocaron mallas de contención para evitar la caída de cascotes a la calle. También se colocaron en el edificio contiguo, que está también en estado de ruina. Pero no podrá ser demolido, al menos por el momento, porque está catalogado.