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Las bodas caen en Mieres hasta las 120 al año, un tercio menos que hace una década

Los profesionales del sector apuntan a la pérdida de habitantes y la emigración de jóvenes, si bien el descenso se detecta solo desde 2007

Sarai Rubín y Dani López, junto a la tintorería que regentan en el centro de Mieres. | Jandro Rodríguez

A finales del pasado siglo y principios del actual, el número de enlaces matrimoniales en Mieres superaba habitualmente la cifra de 190. Ahora, se contabilizan poco más de 120 bodas al año y, desde 2016, no se alcanzan las 130. Es decir, los nuevos matrimonios se han visto reducidos en más de un tercio.

Si bailamos al compás de la música que teclean las cifras no queda más que establecer que los mierenses optan, cada vez más, o bien por la soltería o por formas de convivencia en pareja basadas en la simple cohabitación. Pero hay más condicionantes socio-demográficos que deben ser tenidos en cuenta. Los profesionales del sector potente nupcial son tajantes al sostener que, al menos hasta la llegada de la actual crisis sanitaria, las parejas siguen optando por casarse.

Aitor San Martín e Iris Conles del Peño, el día de su enlace.

Por tanto, el descenso de los enlaces que se detecta en Mieres se achaca a otros factores: “Para empezar hay que tener en cuenta que en los últimos diez, veinte o treinta años no se ha dejado de perder población. Además, la población cada ves está más envejecida, por lo que hay menos jóvenes por partida doble”, explican los responsables de la empresa “Javibodas”, una de las más demandadas a nivel regional y que tiene su sede en Mieres.

El número de bodas se mantuvo estable entre finales de la década de los noventa y principios de siglo, oscilando entre 196, en 1998, y 194, en 2007. A partir de ese momento empezó un declive que ha terminando situando el número de enlaces en 122 durante 2018, apenas uno más que en 2017 (121). Una caída que ronda el 36 por ciento tomando como referencia 1998. En el mismo periodo de tiempo, el municipio de Mieres perdió más de 12.000 vecinos. Pasó en concreto de 50.760 a algo menos de 38.000. Es decir, el ajuste de población a la baja se situó en un 26 por ciento. La hipótesis de que ha tenido algo que ver en el descenso de enlaces (36%) parece más que plausible. Ahora bien, también es cierto que la caída de población fue veloz en los noventa, mientras que la de matrimonios no se agudizó hasta 2007.

Los empresarios del sector también valoran otros factores: “Hay mucha gente joven que se marcha y acaba casándose fuera. En el caso de los varones, lo normal es que contraigan las nupcias en la ciudad de la novia”, apuntan desde “Javibodas”. Los profesionales detectan igualmente que la edad media de los contrayentes se ha disparado. “Cada vez hay más gente que se casa por segunda o por tercera vez. También empieza a ser común las bodas con hijos, y no necesariamente de matrimonios anteriores, sino de los propios esposos, que decidieron esperar tras pasar por la maternidad”, apuntan. Y añaden: “Está claro que la gente espera a tener una cierta estabilidad para casarse, pero las bodas no están en decadencia, al menos no es esa la tendencia general”.

El perfil de los nuevos matrimonios apunta a treintañeros que previamente había cohabitado durante un tiempo. Este es el caso, por ejemplo, de Dani López y Sarai Rubín, que se casaron en 2018 con 34 y 33 años, respectivamente: “Empezamos a salir en 2014 y antes de la boda estuvimos viviendo juntos unos dos años”. Optaron por un enlace que cada vez tiene más adeptos, a través del Ayuntamiento. En este caso, por un doble motivo, ya que los casó la concejal Itziar Vicente, prima de la novia: “Una boda por la iglesia, simplemente, no encajaba con nuestra manera de pensar”, explica Dani López. La celebración posterior fue totalmente tradicional, con banquete y baile en un conocido restaurante de la zona centro de la región.

Espera

La espera de dos años para casarse fue en parte impuesta. Dani y Sarai ya tenía en 2016 decidido contraer matrimonio, pero se encontraron con que en el restaurante no los podían atender hasta 2018: “Es una pena que en Mieres no haya un establecimiento con la infraestructura necesaria para acoger un banquete que supere los 150 invitados. Por los demás, a la hora de organizar una boda hoy en día todo resulta muy sencillo. Tienes muchas opciones y el sector está muy organizado”.

Organizar una boda en España conlleva actualmente un gasto medio de 20.150 euros, aunque esta estimación oscila notablemente según las comunidades autónomas. A nivel nacional, el matrimonio civil, prevalece notablemente frente a las bodas religiosas. En este sentido, Asturias sigue siendo una de las comunidades con una demanda de enlaces religioso más alta.

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