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El balneario de Ledesma entra en concurso de acreedores al perder 1,26 millones

El Montepío alerta de que el complejo termal salmantino, con más de un centenar de empleos, corre riesgo de desaparecer si no consiguen que los bancos faciliten crédito

Las instalaciones del Balneario de Ledesma, en la provincia de Salamanca.

Era el transatlántico del Montepío de la Minería. La piedra angular que cada año daba a la mutualidad beneficios y tiraba de la cuenta de resultados cuando otros negocios fallaban. Pero el iceberg del coronavirus ha hecho que el Titanic de la entidad comience a hundirse. El Balneario de Ledesma acaba de entrar en preconcurso de acreedores, una situación que de no solucionarse podría acabar con el cierre de una de las piezas más emblemáticas de la mutualidad. Su presidente, Juan José González Pulgar, se muestra dolido por el trato que le está dando su entidad bancaria de referencia, que les acaba de negar un crédito que podría facilitar la supervivencia del negocio. “El preconcurso de acreedores es la única salida que nos han dejado”, señala el máximo mandatario de la mutualidad, que el lunes se reunirá en Salamanca con el comité de empresa del Balneario para explicarles la situación. Más de un centenar de empleos están en el aire. Actualmente hay un ERTE en marcha, pero el proceso se antoja complicado.

González Pulgar ha explicado la situación de Ledesma, un negocio turístico que ha quedado muy tocado con la crisis del coronavirus. Afirma que la entidad bancaria con la que el Montepío suele operar no facilita más crédito. “Nos ha abandonado a nuestra suerte”, indicó Pulgar, para a continuación explicar la situación concreta de Ledesma, que les ha llevado a tomar esta decisión. Un millón de euros es la cifra que el Montepío necesita para poder reconducir el camino, al menos hasta el próximo verano.

Con unos resultados óptimos en 2019, más de 200.000 euros de beneficios antes de impuestos, el presente ejercicio se planteaba bien para el balneario, igual que para el resto del grupo. Pero llegó la pandemia con un golpe directo a la línea de flotación del complejo salmantino. El Montepío se vio obligado a cerrar la instalación en marzo, cuando arrancaba la temporada termal. Abrió para el verano, pero a mediados de septiembre, de nuevo hubo que echar la persiana. “El verano fue flojo, una de las ideas que teníamos era intentar recuperar las pérdidas del primer semestre, en ese periodo, pero no lo logramos, aunque estamos mejor que si no hubiéramos abierto”, señala Pulgar. Además, la suspensión del programa del Imserso (vacaciones para mayores) también hizo mucho daño: “para nosotros es una pieza fundamental porque representa el 60 por ciento de nuestro negocio”. Además, los residenciales de Murcia y Almería también acumulan pérdidas.

En total, explicó Pulgar, el grupo Montepío perderá unos dos millones de euros a final de año, y ello pese a que las medidas de contención del gasto frenaron la sangría, que se preveía de medio millón más. Pero la que ha sido hasta ahora la joya de la corona mutualista ha pasado a ser el mayor lastre. Más del 50% de las pérdidas vendrán de Ledesma. A 30 de octubre el saldo negativo era ya de 1,15 millones de euros, y a final de año se va a ir a los 1,26 millones solo en el balneario.

Negativa

Pulgar señaló que “con este volumen de pérdidas, el balneario entra en una situación de insolvencia, y cuando una empresa afronta este problema hay que tomar soluciones, que no pasan por la inacción, para proteger a la empresa”. La primera salida fue la de “pedir a nuestro banco de referencia unas ayudas a través de préstamos ICO o alguna otra fórmula”. Pero tras unas primeras conversaciones positivas, la entidad, Liberbank, rechazó esta posibilidad. “Llevan nuestra propuesta al comité de riesgo, que dice que no, y eso nos deja en una situación tremendamente complicada, que nos ha generado desconcierto y mucha angustia porque era una decisión inesperada”.

El presidente del Montepío defiende que la entidad no es una empresa al uso. “Somos una entidad social de reconocido interés público, pero la única salida que nos dan es ir al concurso de acreedores”, apunta Pulgar, que defiende la carta de presentación del Montepío como aval ante un banco “con el que toda la vida hemos trabajado: “somos gestores rigurosos, y lo hemos demostrado durante los últimos años. Hemos heredado en 2015 préstamos hipotecarios por 17,5 millones de euros, y en estos momentos hay 13,6 millones, casi 4 de reducción. Y le hemos pagado, desde 2015, por intereses hipotecarios, la friolera de 2,8 millones de euros. Y además, la entidad es depositaria de nuestro fondo de pensiones, que pesa 16,9 millones de euros”.

El Montepío ha tocado otras puertas: las de las administraciones públicas. “Hemos enviado cartas a los gobiernos del Estado, del Principado y de Castilla y León. Hasta ahora nada se sabe, y no pueden ser ajenos, porque somos una entidad social que defiende unos valores importantes”.

Los cálculos del Montepío pasan porque será necesario un millón de euros de liquidez para llegar al verano próximo, en condiciones óptimas de reiniciar una actividad regular. El concurso de acreedores acecha. Y el pan de más de un centenar de trabajadores también.

Las claves

Pérdidas. El Balneario acumulaba a 30 de octubre 1,15 millones de pérdidas, que a final de año serán 1,26 millones.

Plantilla. La instalación salmantina tiene en nómina a más de un centenar de trabajadores, casi la totalidad en un ERTE.

Situación. El Montepío, ante la falta de liquidez, ha solicitado un preconcurso de acreedores para ganar tiempo.

Solución. La entidad calcula que necesita un millón de euros de crédito para llegar al verano y retomar una actividad regular.

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